"No es el momento de archivar a Felipe González"

El triunfo del socialista Pasqual Maragall en la batalla de Barcelona ha sido una rara excepción en las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo, donde el PSOE ha sido ampliamente derrotado. El alcalde considera que la despreocupación hacia los problemas de las grandes ciudades ha sido en gran medida la causa de este fracaso.Pregunta. La derrota del PSOE en estas elecciones ha sido menor de lo que se esperaba...

Respuesta. En las grandes ciudades ha sido casi total.

P. ¿A qué lo atribuye?

R. El PSOE es un partido que debe c...

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El triunfo del socialista Pasqual Maragall en la batalla de Barcelona ha sido una rara excepción en las elecciones municipales y autonómicas del pasado domingo, donde el PSOE ha sido ampliamente derrotado. El alcalde considera que la despreocupación hacia los problemas de las grandes ciudades ha sido en gran medida la causa de este fracaso.Pregunta. La derrota del PSOE en estas elecciones ha sido menor de lo que se esperaba...

Respuesta. En las grandes ciudades ha sido casi total.

P. ¿A qué lo atribuye?

R. El PSOE es un partido que debe cuidar su lado urbano. Tiene el hígado urbano enfermo, por así decirlo. Las grandes ciudades, que son un factor esencial del cuerpo social, no funcionan. Ni el Gobierno socialista, ni el Gobierno de CiU en la Generalitat, han sabido encarar sus problemas. Son gobiernos de mínimos, de razón de Estado, de normalización; gobiernos que cubren grandes deficiencias históricas, pero que lo hacen mal en todo aquello que es cualitativo,, que requiere una política de sintonía fina. No ha habido sensibilidad ante los problemas de la inseguridad urbana, del vandalismo, del tráfico, del ruido, de la suciedad, del civismo en general.

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P. Usted ha llegado a calificar al PSOE como partido rural.

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R. Entre comillas. En este momento es un partido de ciudades medias, cuando tradicionalmente el progresismo ha tenido su sede en las grandes concentraciones urbanas. El PSOE es el partido de la justicia social, del reequilibrio territorial, el partido que ha devuelto la dignidad a los jubilados, a los. parados del campo, a los enfermos, a las mujeres que antes no podían estudiar. Pero este discurso de mínimos ya no es suficiente. Los resultados de las elecciones generales de 1993 demostraron que se ganó por el miedo a perder todo esto, pero también por una esperanza de cambio.

P. ¿Cree que el PSOE debería hacer algún gesto para dejar claro que va a reorientar la situación?

R. Más de uno.

P. ¿Un cambio de Gobierno?

R. No sé, me faltan elementos de juicio para decirlo. El Gobierno ha hecho bien muchas cosas. La integración en Europa ha sido un gran acierto y la nota es muy alta. Y en política económica no ha habido grandes errores. Pienso que se ha de seguir por aquí. Pero seguir por aquí en este momento no quiere decir simplemente administrar la situación. Es necesario dar un salto adelante en la internacionalización de España. Y este salto lo deben dar las ciudades, el país a través de sus ciudades.

P. ¿Barcelona y Cataluña pueden ser la punta de lanza de la renovación del socialismo español?

R. No me atrevería a decir tanto. Sí una referencia esperanzada.

P. ¿Es Felipe González la persona adecuada para dirigir este proceso de renovación?

R. Creo que es una persona que no ha dado de sí, ni mucho menos, todo lo que puede. Pero no soy adivino, y no niego que haya otras personas capaces. González tiene un gran predicamento y sería temible para cualquier gobierno al frente de la oposición. No debemos temer pasar a la oposición como condición para volver a gobernar. Felipe González tiene un prestigio personal intacto. Habría sido el presidente de la. Comisión Europea si hubiera querido. A una persona así es difícil pensar que haya llegado el momento de archivarla.

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