Reportaje:

Las 'saniob' de los ingenuos

Hablar al revés era una práctica habitual de los empleados de la década de los sesenta. Los vendedores de estos almacenes utilizaban esta técnica para tomar el pelo a una figura que parece haber desaparecido del paisaje de la capital, la del paleto al estilo de Paco Martínez Soria. "Para nosotros es un personaje -muy entrañable", advierte Andrés Bueno, antes de contar la anécdota: "Nos aprendíamos algunas palabras al revés, por ejemplo, boina, y cuando entraba alguien que parecía recién llegado del pueblo, le decíamos: '¿Desea el caballero una aniob?, y claro, el hombre se quedaba desco...

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Hablar al revés era una práctica habitual de los empleados de la década de los sesenta. Los vendedores de estos almacenes utilizaban esta técnica para tomar el pelo a una figura que parece haber desaparecido del paisaje de la capital, la del paleto al estilo de Paco Martínez Soria. "Para nosotros es un personaje -muy entrañable", advierte Andrés Bueno, antes de contar la anécdota: "Nos aprendíamos algunas palabras al revés, por ejemplo, boina, y cuando entraba alguien que parecía recién llegado del pueblo, le decíamos: '¿Desea el caballero una aniob?, y claro, el hombre se quedaba desconcertado, pensando que en Madrid se hablaba de una forma diferente. La verdad es que alguno se llegó a enfadar".También ideaban sus propias estrategias de marketing y, cuando algún comprador se les ponía difícil, un compañero le hacia creer que había otro cliente muy interesado en ese mismo producto. No fallaba.

Por fortuna, el consumidor de los años noventa ya no es tan ingenuo. "El público de ahora está mucho más preparado y a veces sabe más del producto que el propio vendedor. También hay más competencia y los compradores comparan precios y calidades y tardan más en decidirse. Las mujeres, en general, son más indecisas y, aunque consultan con sus maridos, siguen teniendo la última palabra. Los hombres se lo piensan menos, pero cuando sale algún pesado, es muchísimo más pesado que la señora".

Evolución

Tener psicología sigue siendo una herramienta básica de los vendedores. La experiencia también ayuda. Y en Galerías hay mucha. Este comercio fue pionero en la aparición de grandes almacenes en España. Su creador, el asturiano Pepín Fernández, regresó de La Habana en 1934 con la experiencia bajo el brazo. En la. capital cubana había trabajado en los almacenes El Encanto. Con este bagaje funda Sederías Carretas, que en 1943 cambia su nombre por el de Galerías Preciados. Entonces se abre también un nuevo establecimiento, en la, calle de Rompelanzas. La expansión, ya por buena parte de España, continúa entre 1950 y 1965. En 1968, otro gran paso adelante: la inauguración del centro de Callao, un edificio expresamente construido para el comercio.

El crecimiento continúa, la competencia también: El Corte Inglés, creado por Ramón Areces -pariente de Pepín Fernández-, se convierte en un poderoso rival.

Además, ya en los años ochenta, se implantan nuevas fórmulas comerciales, como los hipermercados, que buscan arañar clientela a los demás establecimientos. Galerías comienza a pasar de dueño en dueño sin que sus problemas desaparezcan. El agravamiento lleva a la suspensión de pagos del 17 de diciembre de 1994. Ahora el Ministerio de Comercio -tiene sobre la mesa cuatro ofertas de compra -una de ellas de El Corte Inglés- sobre las que decidirá antes del 7 de junio. Galerías va a estrenar otro nuevo dueño.

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