Entrevista:LUIS MATEO DÍAZAUTOR DE 'CAMINO DE PERDICIÓN

"La plaza Mayor es un uinverso en miniatura"

Sebastián Odollo, viajante de comercio, es uno de esos tipos con la vida anegada de aventuras en apariencia intrascendentes. Un héroe que ignora su condición, que devora kilómetros en solitario con su coche, la Oruga, calentando tálamos en pos de "las esquinas todavía por doblar del destino de un hombre", que dijo Faulkner. Como bien escribe el autor de Camino de perdición, de tanto errar se yerra, pero sólo el extravío permite vivir con intensidad. Luis Mateo Díaz (León, 1942), licenciado en Derecho, ha dibujado la ruta de su caballero andante sin moverse de Madrid. Técnico de a...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Sebastián Odollo, viajante de comercio, es uno de esos tipos con la vida anegada de aventuras en apariencia intrascendentes. Un héroe que ignora su condición, que devora kilómetros en solitario con su coche, la Oruga, calentando tálamos en pos de "las esquinas todavía por doblar del destino de un hombre", que dijo Faulkner. Como bien escribe el autor de Camino de perdición, de tanto errar se yerra, pero sólo el extravío permite vivir con intensidad. Luis Mateo Díaz (León, 1942), licenciado en Derecho, ha dibujado la ruta de su caballero andante sin moverse de Madrid. Técnico de administración general del Ayuntamiento de Madrid, desde su despacho de la Casa de la Panadería, primer piso, tercer balcón de la plaza Mayor, observa cómo se reproduce el universo entero. Premio nacional de Literatura en 1986 con La fuente de la edad, la crítica elogia su inventiva y su carácter cervantino y filandón. Pregunta. ¿Filandón es lo mismo que cuentista?

Respuesta. Es una palabra un poco misteriosa que describe las viejas veladas de las gentes de mi pueblo, Villablino, al noroeste de León. Los hombres contaban cosas y las mujeres filaban, manera antigua de decir hilaban.

P. ¿Cuál es exactamente el camino de la perdición?

R. A la perdición conduce el extravío interior. Los que tenemos la brújula averiada estamos más predestinados a perdernos, pero yo no lo valoro como un término moral. Quien se extravía vive con más intensidad.

P. ¿Ha escrito intencionadamente una novela de carretera?

R. Sí. La carretera es la carretera es la mejor metáfora de la vida. La desgracia de los tiempos modernos es que sus riesgos son absurdos, penosos.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

P. Un filandón que lleva viviendo 20 años en Madrid.

R. Soy tan madrileño que tengo prácticamente borrada mi identidad. Pertenecí a una tierra lejana y profundamente amada. Como decía Rilke, la infancia es la patria perdida del hombre, y la mía es ese valle. Pero Madrid, con todos sus vértigos y transformaciones, es mi ciudad, la más hermosa del mundo.

P. Siendo escritor, ¿no le aburre trabajar sometido a un despacho y un horario fijos?

R. No. Trabajo en el Ayuntamiento de Madrid, tal vez la institución que más sé integra en la vida de los ciudadanos. Acudo cada mañana a un lugar precioso, lleno de espléndidos profesionales y amigos de toda la vida.

P. ¿Qué se ve desde el balcón de su despacho?

R. El mundo entero. La playa Mayor de Madrid es un universo en miniatura, uno de los entornos más hermosos que existen en España.

Camino de perdición. Editorial Alfaguara. 2.200 pesetas.

Archivado En