En casa se juega mejor
El Barcelona cumplió con la tradición que marca que el ganador de la Liga Regular Acaba como campeón. La ventaja de jugar los desempates en su terreno volvió a ser decisiva.La gran diferencia.
Con tácticas ya archiconocidas por todos, estos partidos deben ser resueltos por los jugadores importantes. El Barcelona tuvo siempre su hombre referencia, vital en un encuentro de estas características. En el primer. tiempo fue Middleton, que jugó sus mejores minutos en todos los playoffs. El segundo entra dentro de los sorprendente. Cuando el Barcelona no encontraba resquicio en la aguerr...
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El Barcelona cumplió con la tradición que marca que el ganador de la Liga Regular Acaba como campeón. La ventaja de jugar los desempates en su terreno volvió a ser decisiva.La gran diferencia.
Con tácticas ya archiconocidas por todos, estos partidos deben ser resueltos por los jugadores importantes. El Barcelona tuvo siempre su hombre referencia, vital en un encuentro de estas características. En el primer. tiempo fue Middleton, que jugó sus mejores minutos en todos los playoffs. El segundo entra dentro de los sorprendente. Cuando el Barcelona no encontraba resquicio en la aguerrida defensa malagueña, apareció Andreu. Encadenó 11 puntos y fue santo y sena en una remontada que cambió definitivamente el signo del partido. Y al final, el hombre de hielo. Xavi Fernández, muy bien marcado todo el encuentro, salió de las tinieblas en el momento justo, signo de gran jugador. Todo lo contrario le ocurrió al Unicaja. Babkov firmó la actuación más desacertada que se le recuerda, lo que aprovechó el Barcelona para cerrarse sobre el otro hombre bandera, Ansley-Nacho Rodríguez, que había mantenido vivo al Unicaja, se descentró en el momento más inoportuno.
Flores para todos.
El Barcelona es campeón y no hay nada que objetar. La profundidad de su plantilla ha resultado crucial ante la malagueña, más reducida. Físicamente llegaron mejor que sus contrarios, pero el Unicaja ha vendido cara su derrota.
Epi.
Si su retirada de la selección no fue exitosa, la historia ha hecho justicia y el mejor español del baloncesto moderno se despide levantando una copa.