28 MAYO

Bono proclama que no duda en enfrentarse al Gobierno de González porque ha "jurado" defender su región

El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, aseguró ayer a sus paisanos que no dará un paso atrás en la defensa de los intereses de la región, a pesar de que tenga que enfrentarse con el Gobierno central al que, en términos generales, apoya. Bono hace de esta campaña para las elecciones del 28 de mayo profesión de fe regionalista y orgullo castellano-manchego. En su discurso apenas si presta demasiada atención al PP, dando la impresión de que no son rivales a considerar.La estrategia general del PSOE para esta campaña, dar protagonismo -absoluto a sus presidentes autonómicos y a sus alcald...

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El presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, aseguró ayer a sus paisanos que no dará un paso atrás en la defensa de los intereses de la región, a pesar de que tenga que enfrentarse con el Gobierno central al que, en términos generales, apoya. Bono hace de esta campaña para las elecciones del 28 de mayo profesión de fe regionalista y orgullo castellano-manchego. En su discurso apenas si presta demasiada atención al PP, dando la impresión de que no son rivales a considerar.La estrategia general del PSOE para esta campaña, dar protagonismo -absoluto a sus presidentes autonómicos y a sus alcaldes, se ajusta como un guante a la personalidad de José Bono, presidente de Castilla-La Mancha desde hace 12 años y quizá el mejor ejemplo de autonomía en su actuación tanto en relación con su partido como con el Gobierno central. "Me duele enfrentarme con un ministro amigo, y me duele no coincidir con el Gobierno central, pero no me han elegido para ser representante del Gobierno, y si alguien quiere un presidente domesticado que lleve presentes a Madrid entonces que ponga a otro". Esta afirmación, unida a que ha hecho "un juramento" de defender a Castilla-La Mancha, constituyen el hilo conductor del discurso de Bono.

Aunque los que le escucharon a en una ayer, primero en una plaza pública de Almodóvar del Campo y después en un moderno auditorio de Puertollano, conocen bien la peripecia del parque de Cabañeros, Bono volvió a recordarlo. No ahorró detalles de cómo se había enfrentado con el ministro de Defensa, en esos años Narcís Serrá, para impedir que Cabañeros fuera un campo de tiro, y cómo ahora el Gobierno central le ha dado la razón al haber hecho de esos terrenos un parque nacional. También contó Bono que había tenido otra batalla con el ministro de Educación de turno para pedirle una universidad para Castilla-La Mancha.

Pocas palabras dedica el político castellano-manchego a sus rivales de la derecha, con la clara intención de no concederles la categoría de adversarios que pongan en peligro su mayoría. Tan sólo se permitió decir que son personas que trabajan poco. Según él, alguna vez ha visto "a estos de la derecha, a las doce del mediodía, como con cicatrices en la cara", y después se ha percatado de que eran las marcas que dejan las sábanas cuando se acaban de abandonar".

Bono, no obstante, no se mostró nada agresivo con los contrincantes y tampoco utilizó adjetivos gruesos con el argumento de que en su tierra caben todos y que no insultará ni calumniará porque no quiere que sus hijos le recriminen por insultar a quienes no piensan como él.

En el terreno de la tolerancia, el secretario general de las Juventudes Socialistas de España (JSE), Juan Bouza, pidió ayer a la direccción del PP que "controle a sus incontrolados porque su comportamiento se va pareciendo al de los cabezas rapadas". Según Bouza, la agresividad que mostraron hace un par de días unos jóvenes del PP al interceptar el paso a los candidatos socialistas madrileños Juan Barranco y Joaquín Leguina indica que "la radicalidad que les ha predicado Ruiz Gallardón a sus jóvenes la han tomado por la intolerancia y la amenaza".

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