Los sospechosos detenidos por el atentado de Oklahoma son de un grupo racista

Los principales sospechosos del atentado de Oklahoma fueron detenidos ayer, lo que puso a las autoridades sobre la pista de una organización racista de extrema derecha, la Milicia de Michigan. Se trata de un grupo que dice defender por las armas la supremacía de la raza blanca y que ya había amenazado al Gobierno de Bill Clinton por su política en favor del control de las armas de fuego. Los dos individuos, cuya foto robot fue distribuida el jueves, se encuentran ya en poder de la policía. Timothy McVeigh, de 27 años de edad y especialista en técnicas de demolición, había sido detenido por cas...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los principales sospechosos del atentado de Oklahoma fueron detenidos ayer, lo que puso a las autoridades sobre la pista de una organización racista de extrema derecha, la Milicia de Michigan. Se trata de un grupo que dice defender por las armas la supremacía de la raza blanca y que ya había amenazado al Gobierno de Bill Clinton por su política en favor del control de las armas de fuego. Los dos individuos, cuya foto robot fue distribuida el jueves, se encuentran ya en poder de la policía. Timothy McVeigh, de 27 años de edad y especialista en técnicas de demolición, había sido detenido por casualidad el mismo día del atentado por exceso e velocidad. El otro, Terry Lynn Nichols, se entregó voluntariamente ayer. Poco después la policía asaltó en el Estado de Michigan la granja donde se entrena esta organización.

El Gobierno, sin embargo, no ha dado, aún una versión oficial sobre los autores del atentado, pero las detenciones parecen descartar las sospechas sobre grupos extranjeros, concretamente radicales islámicos. La otra hipótesis, la que apunta hacia el narcotráfico -dos de las plantas del edificio siniestrado las ocupaba el Departamento Antidrogas de EE UU (DEA)- no se descarta totalmente.

Mientras, los equipos de rescate continuaban su lucha desesperada por encontrar supervivientes entre los escombros, pero el fuerte viento que sopla en la zona forzó a los bomberos a cesar en sus trabajos por temor a derrumbamientos. Ya han sido recuperados 65 cadáveres, pero aún, hay un centenar de desaparecidos.

Archivado En