Alfonso Guerra critica que algunos socialistas defendieran antes la cultura del dinero

, Alfonso Guerra, vicesecretario general del PSOE, criticó pasadas actitudes de dirigentes socialistas -"con las que nunca he estado de acuerdo"- que defendían la cultura del dinero y del triunfo social. Guerra aprovechó un acto de apoyo a Juan Barranco, candidato socialista a la alcaldía de Madrid, para reivindicar la cultura de la solidaridad y pedir a los socialistas unidad y tranquilidad. Unidad que esa misma madrugada de ayer, en el restaurante vallecano donde se celebró el mitin, tuvo su mejor expresión en la presencia de Joaquín Leguina y Jaime Lissavetzski en un acto que estaba copado ...

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, Alfonso Guerra, vicesecretario general del PSOE, criticó pasadas actitudes de dirigentes socialistas -"con las que nunca he estado de acuerdo"- que defendían la cultura del dinero y del triunfo social. Guerra aprovechó un acto de apoyo a Juan Barranco, candidato socialista a la alcaldía de Madrid, para reivindicar la cultura de la solidaridad y pedir a los socialistas unidad y tranquilidad. Unidad que esa misma madrugada de ayer, en el restaurante vallecano donde se celebró el mitin, tuvo su mejor expresión en la presencia de Joaquín Leguina y Jaime Lissavetzski en un acto que estaba copado por el denominado sector guerrista.Alfonso Guerra criticó, sin Citarlo, a Carlos Solchaga, aunque si citó el "desafortunado mensaje" lanzado en su día por el ex ministro de Economía de que "éste era el mejor país para enriquecerse", y otros semejantes "que siempre he rechazado". El dirigente socialista, que habló en un tono de mesura y tranquilidad, reivindicó frente a aquellos valores el de la solidaridad. Guerra reconoció errores en la gestión de gobierno y atacó las teorías economicistas que dejan todo a la acción del mercado.

Guerra reclamó para los socialistas la defensa de la ideología y atacó a quienes pretenden que tras la caída del comunismo, dé lo mismo "izquierda y derecha". "Si aquí estamos para administrar, a mí que me borren. Estamos para administrar, pero también para transformar la sociedad", dijo Guerra, que insistió en la necesidad de unir a los socialistas. Había compartido mesa y mantel con José Acosta, Fernández Marugán y Matilde Fernández, pero también con Joaquín Leguina y Jaime Lissavetzski, que aplaudieron algunas de sus expresiones.

Con un público entregado, el dirigente socialista ironizó sobre si mismo y llegó a definirse como el "político más moderado de España". "Me dicen que últimamente estoy muy tranquilo, pero es que yo soy muy moderado. Y trato de guardar un equilibrio y no estar en alguno de los extremos del péndulo". Avisó de que podía haber malos resultados, pero "éste es un partido fuerte y serio que aguantará sin ningún problema".

Reconoció que había habido "una docena de sinvergüenzas que se habían enriquecido aprovechándose de lo público y de lo privado, pero eso no es producto de la cultura socialista". Guerra se preguntó por qué no se reconoce que "algo habrá tenido que ver el socialismo con ese aumento del sentido de la solidaridad entre los jóvenes". Hacia los jóvenes tuvo, precisamente, palabras de elogio cuando dijo que "son más tolerantes, más generosos y mas progresistas de lo que fuimos nosotros".

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