Cartas al director

El banco y las muletas de minusválidos

El sábado 1 de abril de 1995, mi hijo Carlos, por padecer un esguince en el pie izquierdo, sin mi conocimiento, se fue cojeando con muletas desde nuestra vivienda a la sucursal del Banco Bilbao Vizcaya en la avenida de Alberto Alcocer, 48, de Madrid, para cobrar dos cheques no cruzados y nominativos a su favor, importe de la devolución del viaje de estudios a Italia, que por la lesión indicada no le era posible realizar, y cuyo cobro, por ser nominativos, entendía tener que efectuar personalmente.Su sorpresa se produjo al indicarle un empleado que no podía entrar con muletas, y pese a su ofrec...

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El sábado 1 de abril de 1995, mi hijo Carlos, por padecer un esguince en el pie izquierdo, sin mi conocimiento, se fue cojeando con muletas desde nuestra vivienda a la sucursal del Banco Bilbao Vizcaya en la avenida de Alberto Alcocer, 48, de Madrid, para cobrar dos cheques no cruzados y nominativos a su favor, importe de la devolución del viaje de estudios a Italia, que por la lesión indicada no le era posible realizar, y cuyo cobro, por ser nominativos, entendía tener que efectuar personalmente.Su sorpresa se produjo al indicarle un empleado que no podía entrar con muletas, y pese a su ofrecimiento de identificación con el DNI y solicitud de ayuda, como única solución se le indicó que lo intentara en otra agencia. Se volvió cojeando a casa, y después, en la misma mañana, esta vez en automóvil, le acompañé personalmente a dicha agencia, consiguiendo ser oídos, en la zona de entrepuertas del banco, por el director y el mismo empleado interviniente, que alegaron, con fundamento, no conocer a mi hijo y tener instrucciones de seguridad para no permitir la entrada con muletas.

Y ante nuestra petición de soluciones alternativas: ayuda de un vigilante jurado o empleado, silla de ruedas, pago en el vestíbulo y libro de reclamaciones, nos contestaron no tener vigilante jurado ni empleado que pudiera ayudarle, carecer de sillas de ruedas y de libro de reclamaciones, e insistir en que lo intentara en otra agencia. Por ello, busco amparo en la hospitalidad de ese prestigioso diario para, de forma respetuosa, hacer llegar a quien corresponda del BBV mi ruego de que si lo estima oportuno, en atención al cliente, se articulen soluciones alternativas compatibles con las medidas de seguridad procedentes para que discapacitados y minusválidos puedan acceder a las oficinas de tan prestigioso banco y realizar las gestiones que efectúan normalmente los que no sufren tales limitaciones.-

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