¡Que viene el Chelsea!

Los habitantes de la ciudad belga de Brujas sufrieron el pasado 28 de febrero, con motivo de la anterior eliminatoria de la Recopa, el vandalismo de los hinchas del Chelsea, los más violentos del fútbol británico. Tres belgas apuñalados, duros enfrentamientos en el estadio y en la ciudad con la policía y un millar de seguidores británicos expulsados del país fue el balance extradeportivo de la visita.La policía española pretende que el próximo jueves, cuando se juegue el partido de ida de semifinales de la Recopa, Zaragoza sea una excepción en el conflictivo peregrinar europeo de los seguidore...

Los habitantes de la ciudad belga de Brujas sufrieron el pasado 28 de febrero, con motivo de la anterior eliminatoria de la Recopa, el vandalismo de los hinchas del Chelsea, los más violentos del fútbol británico. Tres belgas apuñalados, duros enfrentamientos en el estadio y en la ciudad con la policía y un millar de seguidores británicos expulsados del país fue el balance extradeportivo de la visita.La policía española pretende que el próximo jueves, cuando se juegue el partido de ida de semifinales de la Recopa, Zaragoza sea una excepción en el conflictivo peregrinar europeo de los seguidores del Chelsea. El cónsul de Gran Bretaña y el vicecónsul, junto a representantes de Scotland Yard, han viajado hasta la capital aragonesa para preparar con la policía española un complejo operativo tanto en la ciudad como en el estadio de La Romareda.

Francisco Lázaro, jefe superior de Policía de Zaragoza, lo detalló para EL PAÍS: "La compañía de reserva de Zaragoza se verá reforzada con otras dos compañías que vendrán el día del partido de otras localidades; más una compañía de caballería y otra de helicópteros, a los que hay que añadir las patrullas que diariamente están desplegadas en la ciudad".

Problemas en taquilla

Los problemas comenzaron a surgir el mismo día que se pusieron a la venta las entradas. El Zaragoza había remitido 2.718 localidades al Chelsea, pero la policía detectó grupos de adolescentes españoles comprando localidades en las taquillas de La Romareda. Agencias de viajes británicas les habían comisionado. Ante el riesgo de que se mezclaran las dos aficiones, se decidió ampliar en 2.000 el cupo de entradas para satisfacer la demanda del Chelsea, que contará con 5.000 seguidores.

La policía ha establecido tres controles para evitar problemas. En las fronteras se impedirá la entrada a España de los hinchas más violentos, incluidos en una lista que ha facilitado la policía británica, o a aquellos que no puedan acreditar la compra de una localidad. Los aficionados reciben en Inglaterra un justificante de la entrada.

Los seguidores que viajen en avión -diez vuelos charter- serán trasladados desde el aeropuerto de Zaragoza en autocares hasta uno de los pabellones de fiestas que existen en las afueras de la ciudad. Los 60 autocares en los que viajarán desde Francia los hinchas que crucen el Canal de la Mancha en barco serán concentrados a la entrada de la ciudad para trasladarlos al mismo pabellón. Allí permanecerán hasta primera hora de la tarde.

La policía tiene previsto organizar una caravana, que será controlada permanentemente por un helicóptero, para realizar una visita turística por la ciudad. A las siete de la tarde, dos horas y cuarto antes del comienzo del partido, los seguidores del Chelsea entrarán en el estadio. Previamente, deberán pasar dos controles policiales, para evitar que puedan introducir objetos contundentes o bebidas alcohólicas al campo. Ya en las puertas del estadio y previa identificación, cada aficionado canjeará el justificante inglés por su localidad. Aquellas personas que no se presenten en el estadio con el grupo establecido no podrán acceder al campo; se pretende evitar que elementos aislados se disgregen y puedan provocar incidentes.

Scotland Yard

Cerca de un centenar de agentes de Scotland Yard viajarán infiltrados entre los seguidores del Chelsea y mantendrán comunicación permanente con la policía española. Tras el partido, los hinchas abandonarán el estadio a través de un cordón policial por una única puerta, para ir hasta los autocares. Escoltados, serán conducidos hasta la autopista de salida de la ciudad o el aeropuerto. Los vuelos charter regresarán tras el encuentro.

En el interior del estadio, 500 policías y un centenar de agentes de seguridad privados completarán el mayor despliegue de seguridad efectuado en Zaragoza por el fútbol.