NADIE ES PROFETA...

Christina Lampe-Önnerud es una investigadora del departamento de química de la Universidad de Uppsala, que después de cuatro años de intenso trabajo inventó un sistema de carga de baterías sin pérdida de energía que, según los entendidos, constituye una revolución en ese campo. Como es natural, presentó su innovación a algunas empresas suecas, pero éstas, tal vez por ser joven, 28 años, y mujer, no demostraron mayor interés. Más tarde Christina participó en una conferencia en Estados Unidos, y allí tímidamente presentó el resultado de sus investigaciones ante la atención un tanto escéptica...

Christina Lampe-Önnerud es una investigadora del departamento de química de la Universidad de Uppsala, que después de cuatro años de intenso trabajo inventó un sistema de carga de baterías sin pérdida de energía que, según los entendidos, constituye una revolución en ese campo. Como es natural, presentó su innovación a algunas empresas suecas, pero éstas, tal vez por ser joven, 28 años, y mujer, no demostraron mayor interés. Más tarde Christina participó en una conferencia en Estados Unidos, y allí tímidamente presentó el resultado de sus investigaciones ante la atención un tanto escéptica de veteranos científicos de todo el mundo. Un representante de la firma Duracell quiso, sin embargo, saber más y la llamó para una entrevista. Por lo menos ocho personas de la empresa la interrogaron sobre su invento. Un par de semanas después, estando ya en Suecia, recibió una llamada del fabricante de pilas estadounidense ofreciéndole la jefatura del departamento de inventos y el apoyo técnico y financiero para desarrollar industrialmente su investigación. "Ellos querían que yo me trasladara de inmediato", dijo una sonriente Christina, que al mismo tiempo lamenta el desinterés demostrado por las empresas suecas, ya que ella hubiera deseado seguir aquí. "Quizá la difusión de mi caso contribuya a un cambio de actitud más favorable para los inventores", dice Christina.