'Master' para ambulantes

Vendedores de mercadillos reciben cursillos para integrarse y mejorar el negocio

Ya no tendrán que gritar ¡agua! antes de levantar el tabanque y correr mucho: si el guardia les echaba el guante, multa y adiós al género. Esta tranquilidad es algo nuevo para algunos vendedores ambulantes que empiezan a conseguir puestos estables. Una organización no gubernamental, Asociación Secretariado General Gitano, ha puesto en marcha en 14 ciudades un programa de ayuda y cursos de capacitación para estos mercaderes, predominantemente, de etnia gitana.Papeles en regla

No es un master al uso: el objetivo es integrar a los vendedores en mercadillos organizados. Y con ...

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Ya no tendrán que gritar ¡agua! antes de levantar el tabanque y correr mucho: si el guardia les echaba el guante, multa y adiós al género. Esta tranquilidad es algo nuevo para algunos vendedores ambulantes que empiezan a conseguir puestos estables. Una organización no gubernamental, Asociación Secretariado General Gitano, ha puesto en marcha en 14 ciudades un programa de ayuda y cursos de capacitación para estos mercaderes, predominantemente, de etnia gitana.Papeles en regla

No es un master al uso: el objetivo es integrar a los vendedores en mercadillos organizados. Y con los papeles en regla. "También se busca que sean más competitivos", explica una de las responsables de la iniciativa, Encina González. "Da gusto, no discutes con la policía, ni tienes que salir de naja... y hasta puedes hacer clientela fija", dice con alivio Luisa Santiago. Esta mujer calé, con 26 años y tres hijos, es uno de los 15 alumnos del curso teórico-práctico de venta ambulante que se imparte hasta marzo en Madrid.

Ayer llegaba a clase con Ramón, su chico pequeño, de la mano. Y estaba contenta: ha empezado a hacer prácticas como vendedora legal, con un puesto en el mercadillo del barrio de Fuencarral.

Luisa, como otros alumnos, percibe el ingreso madrileño de integración (IMI): "15.600 pesetas para los cinco que somos en casa. Se me van en el comedor de los chicos y los pañales del pequeño". Ahora es optimista. Cuatro días a la semana sigue vendiendo, ojo avizor a los guardias, pero el quinto tiene papeles y un armazón para poner tomates, limones y ajos. Confía en que, tras las prácticas, llegue el puesto estable. Y por eso pelean en el secretariado gitano. "Ahora sé tratar mejor a la clientela", explica. Y Ramón Jiménez, compañero de aula, puntualiza: "Cuando tienes puesto, hay que ser más cortés".

En la clase de ayer el monitor, Juan García Olmo, afianzaba "los principios fundamentales del vendedor". A saber, "diálogo, empatía, clima de confianza y empezar primero por las ventajas".

La iniciativa alcanza otras 13 ciudades: Alicante, Cáceres, La Coruña, Badajoz, Castellón, Pamplona, Burgos, León, Palencia, Valladolid, Segovia, Salamanca y Zamora.

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En estos casos, el programa está financiado por el Ministerio de Asuntos Sociales (22 millones de pesetas) y se dirige ;a los ambulantes en general. "Suelen estar ya en mercadillos, pero se trata de que mejoren su situación", explica González.

En Madrid el Ayuntamiento y el Gobierno regional (que aporta ocho millones) participan en un programa sólo para personas de etnia gitana. Cuando consiguen un puesto, obtienen 100.000 pesetas para el tenderete y la compra del primer género.

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