GENTE

LA PRINCESA, LAS FOTOS Y EL BENEFACTOR

No ha sido la princesa de Gales la única triunfadora en el caso de las fotografías que la mostraban en antiestética pose haciendo ejercicio en un gimnasio de Londres, en 1993. Desde luego, Diana de Gales ha conseguido todo lo que estaba dispuesta a reclamar en el juicio: recuperar y destruir los negativos de las ominosas imágenes, ser indemnizada por ellas y recibir una disculpa oficial del Grupo Mirror, que las publicó en sus diarios. Sin embargo, el máximo responsable del desaguisado, el antiguo dueño del gimnasio, el neozelandés Bryce Taylor, se ha llevado, después de todo, el...

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No ha sido la princesa de Gales la única triunfadora en el caso de las fotografías que la mostraban en antiestética pose haciendo ejercicio en un gimnasio de Londres, en 1993. Desde luego, Diana de Gales ha conseguido todo lo que estaba dispuesta a reclamar en el juicio: recuperar y destruir los negativos de las ominosas imágenes, ser indemnizada por ellas y recibir una disculpa oficial del Grupo Mirror, que las publicó en sus diarios. Sin embargo, el máximo responsable del desaguisado, el antiguo dueño del gimnasio, el neozelandés Bryce Taylor, se ha llevado, después de todo, el gato al agua, es decir, cerca de 60 millones de pesetas, más o menos la suma obtenida por la venta de los originales. Según Max Clifford, ex representante de los intereses de Taylor -como antes lo fuera de la española Bienvenida Buch-, su cliente firmó el trato que evitaba a Diana de Gales sentarse en el banquillo -aunque en calidad de víctima precisamente porque alguien le aseguró que cobraría de todos modos su parte. ¿Quién?, se pregunta estos días la prensa británica. ¿El grupo Mirror? Al parecer, no sólo. Según Clifford, una tercera persona, un misterioso benefactor procedente de un país cálido, soleado y próximo al Reino Unido, ha corrido con parte de los gastos que conlleva el acuerdo. Palabras que han atizado la imaginación de los tabloides británicos, pese al casi furioso desmentido de Buckingham Palace y de los propios abogados de la princesa. Ayer, dispuesto a darle un rostro al misterioso personaje, el Daily Mail especulaba con la hipótesis de que el benefactor fuera el propio rey de España. Una hipótesis difícilmente defendible, aunque se base en dos datos ciertos: su amistad con la princesa y su pertenencia a un país soleado y próximo al Reino Unido.-

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