Desmanteladas dos organizaciones que comercializaban joyas robadas

Dos organizaciones que se dedicaban a comercializar joyas robadas han sido desmanteladas por funcionarios de la Sección XI de la Brigada de la Policía Judicial. Uno de los grupos fundía las alhajas, y el otro las enviaba a Marruecos. Además de dos crisoles y otros útiles para la fundición, los funcionarios han recuperado 5.400 kilos de oro y kilo y medio de plata, según la Jefatura Superior de Policía.En uno de los casos aparecen implicados, Jorge M. F., de 43 años, propietario de la tienda de regalos y relojería Anmar, de la calle de San Narciso, 27, de Madrid, y Gabriel M. C., de 40, dueño d...

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Dos organizaciones que se dedicaban a comercializar joyas robadas han sido desmanteladas por funcionarios de la Sección XI de la Brigada de la Policía Judicial. Uno de los grupos fundía las alhajas, y el otro las enviaba a Marruecos. Además de dos crisoles y otros útiles para la fundición, los funcionarios han recuperado 5.400 kilos de oro y kilo y medio de plata, según la Jefatura Superior de Policía.En uno de los casos aparecen implicados, Jorge M. F., de 43 años, propietario de la tienda de regalos y relojería Anmar, de la calle de San Narciso, 27, de Madrid, y Gabriel M. C., de 40, dueño de un taller de fundición en Coslada (79.000 habitantes). La policía comprobó que casi a diario acudían varias furgonetas a: la tienda citada procedentes de la avenida de Guadalajara e inmediaciones de Vicálvaro, considerados puntos negros en el tráfico de drogas. Jorge M. y su empleado compraban todo tipo de alhajas a los ocupantes de los citados vehículos. Inmediatamente eran remitidas a Gabriel M., propietario de una fundición ilegal en Coslada.

Según todos los indicios, las joyas proceden de robos en domicilios y asaltos callejeros perpetrados por drogadictos. Una vez fundidas las piezas, fabricaban otras nuevas y Jorge las vendía en su tienda.

Asimismo fueron detenidos Mfaddal 13. B., de 30 años, y los hermanos Alí y Said O. L., de 33 y 28 años, respectivamente, todos de nacionalidad marroquí. El primero dirigía una red, de la que formaban compatriotas suyos, que se dedicaba a comprar joyas robadas en Barcelona y, Madrid por delincuentes extranjeros. Los hermanos Alí y Said O. los trasladaban a Marruecos, donde eran vendidos en comercios legales.

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