Un conductor muere al volar su coche tres metros por causa del viento

Víctor Ramón Susmozas, de 21 años, falleció ayer a las 13.30.en el kilómetro 14,600 de la carretera de Colmenar después de que su coche, un Volkswagen Passat M-8915-GV, se levantara por el aire y se estrellase contra el murete de una casa. El hecho fue presenciado por un redactor de EL PAÍS que en ese momento circulaba cerca del automóvil accidentado. Todos los testigos coinciden en que una racha de viento -que ellos también notaron- levantó el coche. El automóvil siniestrado viajaba a una velocidad de 100 kilómetros por hora, y voló durante tres metros a una altura de cerca de 90 centímetros....

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Víctor Ramón Susmozas, de 21 años, falleció ayer a las 13.30.en el kilómetro 14,600 de la carretera de Colmenar después de que su coche, un Volkswagen Passat M-8915-GV, se levantara por el aire y se estrellase contra el murete de una casa. El hecho fue presenciado por un redactor de EL PAÍS que en ese momento circulaba cerca del automóvil accidentado. Todos los testigos coinciden en que una racha de viento -que ellos también notaron- levantó el coche. El automóvil siniestrado viajaba a una velocidad de 100 kilómetros por hora, y voló durante tres metros a una altura de cerca de 90 centímetros. Las marcas de la carrocería en el murete contra el que chocó quedaron grabadas a un metro de altura.A los cinco minutos de producirse el accidente llegó la Guardia Civil, que solicitó un médico. Éste llegó 10 minutos más tarde, en un helicóptero de la Dirección General de Tráfico, pero no pudo sino certificar la muerte del automovilista.

Miguel Ángel González, profesor de Aerodinámica de la Escuela Superior de Ingenieros Aeronáuticos de la Universidad Politécnica, se explica mal el fenómeno, informa Antonio Jiménez. "Necesariamente ha tenido que haber algo que encabritara al coche, que le hiciera levantar el morro o que el viento fuera de unos 180 o 200 kilómetros por hora", asegura. "Estos coches están diseñados, precisamente, para que se adhieran al suelo". Por su parte, el Servicio de Meteorología especifica que el viento a esa hora y en esa zona no era de ninguna manera excepcional, y que no superó los 50 kilómetros por hora. Pudo haber rachas de velocidad superior, pero es improbable que levantaran un coche, agregan estas fuentes.

José Manuel Perales, otro profesor de Aerodinámica, coincide con su colega González. Éste asegura: "A finales de los setenta, los bólidos de fórmula 1 estaban concebidos un poco como un avión invertido: sus alerones semejaban los de un avión pero apuntando al suelo; y si el ángulo de estos alerones apuntaba hacia arriba, el coche corría el riesgo de levantarse", cuenta el profesor.

"Eran peligrosos y ahora están prohibidos; lo de hoy (por ayer) me resulta difícil de creer porque, los automóviles no tienen características en común con esos fórmula 1", añade.

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