Cartas al director

La residencia Alba

Después de esperar cinco años a que se hiciera justicia, ésta es la pregunta que nos hacemos hoy los familiares de aquellas mujeres que vivieron y murieron en aquél agujero infecto: ¿es justa una condena ridícula y simbólica? Haber desatendido y maltratado a un grupo de ancianas durante tanto tiempo, movido por el interés económico, con la suficiente premeditación como para ocultarlo a los ojos de sus parientes, presentándose ante ellos como médico titulado, ¿sólo merece un año de prisión menor?Después de un juicio donde se expusieron claramente los hechos, quedando innegablemente probados, cu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Después de esperar cinco años a que se hiciera justicia, ésta es la pregunta que nos hacemos hoy los familiares de aquellas mujeres que vivieron y murieron en aquél agujero infecto: ¿es justa una condena ridícula y simbólica? Haber desatendido y maltratado a un grupo de ancianas durante tanto tiempo, movido por el interés económico, con la suficiente premeditación como para ocultarlo a los ojos de sus parientes, presentándose ante ellos como médico titulado, ¿sólo merece un año de prisión menor?Después de un juicio donde se expusieron claramente los hechos, quedando innegablemente probados, cualquiera diría que no. Cualquiera menos el juez. ¿Es la ley quien no protege a nuestros ancianos o son quienes la aplican? Nos preguntamos por qué la justicia no hace justicia. ¿Hay presiones externas? Necesitamos respuestas. Necesitamos justicia.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En