La victoria se entregó al más elegante

El Getafe consigue su primer triunfo en casa al derrotar a su eterno rival, el Leganés

La victoria andaba enemistada con Las Margaritas. Se hacía la remolona jornada tras jornada y, aunque de vez en cuando hacía amago de conceder sus favores, nunca se acababa de entregar.Y fue ayer, en el duelo de los Duques, cuando cayó en brazos del Getafe. Tuvo que llegar el choque más emotivo, el más esperado, para que la victoria paseara por fin por el césped de Las Margaritas. El Duque elegante se la: llevó al huerto en dura competición con el Duque peleón. El toque de balón pudo más que la testiculina.

Dos vecindades se dieron cita en Getafe. El estadio no se llenó, pero las...

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La victoria andaba enemistada con Las Margaritas. Se hacía la remolona jornada tras jornada y, aunque de vez en cuando hacía amago de conceder sus favores, nunca se acababa de entregar.Y fue ayer, en el duelo de los Duques, cuando cayó en brazos del Getafe. Tuvo que llegar el choque más emotivo, el más esperado, para que la victoria paseara por fin por el césped de Las Margaritas. El Duque elegante se la: llevó al huerto en dura competición con el Duque peleón. El toque de balón pudo más que la testiculina.

Dos vecindades se dieron cita en Getafe. El estadio no se llenó, pero las representaciones ultras ya calentaban el ambiente, mientras los jugadores calentaban sus piernas. Y el vértigo llegó con el pitido inicial. Había ganas.

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En esos primeros minutos fue cuando el Getafe empezó a marcar las diferencias. La elegancia de Guerrero insufló ánimos a unas gradas sedientas de victoria. El centrocampista del Getafe se convirtió en un improvisado Schuster castaño y sin bigotes, y empezó a servir Pases largos y precisos, siempre inteligentes. Cuando Guerrero se calza el guante, el Getafé vuela.

Pero al cabo de veinte minutos, la cosa se fue matizando. Chuso y Miguel Ángel daban muestras de que el empuje y la garra también cuentan, que pueden decidir un partido. Una internada del primero con pase cruzado sobre el segundo sembraba. la inquietud en el graderío. "Locos no", gritaban los hinchas del Getafe, en alusión a los leganenses, cuyo estadio está situado frente a un hospital psiquiátrico. Y cuando el partido rebosaba equilibrio llegó el disparo de Gonzalo y la mala fortuna de David, que desviaba su trayectoria y engañaba a su portero.

La segunda parte comenzó como la primera, con brillantes pases de Guerrero y con el acierto de Gonzalo y Rafita en la conducción del juego local. La peña El Muro intentaba levantar al Lega, pero el Lega no conseguía traspasar el muro defensivo del Getafe, que ha encontrado en Jaime a un central más que solvente. El equipo pepinero empezó a achuchar con poca claridad y escasa definición. Tenía que volcarse al ataque para remontar el partido, y en esas circunstancias, el Getafe se encontró con el campo abierto para practicar el fútbol que le gusta. En uno de los contraataques, Guerrero dibujaba en carrera un pase para la llegada de Montero, que sólo tenía que poner la cabeza. La puso, pero el balón pegó en el larguero cuando los ultras del Getafe ya se abalanzaban sobre las vallas para celebrar el gol. Y cinco minutos más tarde, el Leganés daba la réplica con un disparo de Miguel Angel que Caballero sacaba con apuros. Su mejor oportunidad de gol se esfumaba, y con ella, el sueño de la remontada. La garra del Lega no pudo con la nitidez y la elegancia del Getafe.

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