Tribuna:

Instituciones

Las Cosas que fundan los humanos suelen generar un impulso de perduración al margen de sus fines y al cabo contra ellos. No sólo cosas como Estado, Iglesia, Ejército, sino incluso institutos de cuya índole benéfica nadie dudaría, como asociaciones de donantes de sangre. Así lo mal fundado se extingue al día siguiente, porque todos los fines son de corto aliento, mientras que lo bien fundado dura, porque los medios son siempre robustos, pero indefectiblemente se vacía y se pervierte. El achaque esencial del homo faber es ser profesional, de manera que siempre hace prevalecer el órgano -l...

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Las Cosas que fundan los humanos suelen generar un impulso de perduración al margen de sus fines y al cabo contra ellos. No sólo cosas como Estado, Iglesia, Ejército, sino incluso institutos de cuya índole benéfica nadie dudaría, como asociaciones de donantes de sangre. Así lo mal fundado se extingue al día siguiente, porque todos los fines son de corto aliento, mientras que lo bien fundado dura, porque los medios son siempre robustos, pero indefectiblemente se vacía y se pervierte. El achaque esencial del homo faber es ser profesional, de manera que siempre hace prevalecer el órgano -los medios- sobre la función -los fines-. Visto, pues, que el impulso de toda fundación es perdurar, quienes no quieran la perduración, sino los fines, renuncien a fundar.Todas las pistolas son de juguete; las más caras están tan bien imitadas que hasta matan.

(Preceptiva; principio y fundamento). No escribir desde los efectos, sino desde las causas.

(Carpetazo). Cuando leas esa casi impepinable línea que dice: "Llovía. Por los cristales de la ventana..., etcétera". ¡Al cesto con el libro! En las buenas novelas llueve cuando llueve, no cuando hace falta.

(El carnaval). A la desesperación le llaman hedonismo.

Cuando todas las virtudes se hayan muerto -¡y muy enhorabuena!- surgirá finalmente la única bondad posible y necesaria: la indulgencia.

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