El hogar del horror radiactivo

Medio millón de rusos han sufrido durante décadas los terribles efectos de la radiactividad liberada por varios accidentes de extrema gravedad en la ciudad supersecreta de Cheliabinsk-40, donde la fábrica Mayak producía el plutonio de las bombas atómicas de la antigua URSS. Las autoridades soviéticas jamás informaron de ello, aunque tuvieron que evacuar a varios miles de personas. En 1957, una explosión liberó 20 millones de curios al aire, pero hasta 1990 no comenzaron a aflorar los datos de lo que allí, en el corazón de los Urales, había pasado y se había silenciado.La semana pasada, una del...

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Medio millón de rusos han sufrido durante décadas los terribles efectos de la radiactividad liberada por varios accidentes de extrema gravedad en la ciudad supersecreta de Cheliabinsk-40, donde la fábrica Mayak producía el plutonio de las bombas atómicas de la antigua URSS. Las autoridades soviéticas jamás informaron de ello, aunque tuvieron que evacuar a varios miles de personas. En 1957, una explosión liberó 20 millones de curios al aire, pero hasta 1990 no comenzaron a aflorar los datos de lo que allí, en el corazón de los Urales, había pasado y se había silenciado.La semana pasada, una delegación del Parlamento Europeo visitó la zona y recogió testimonios espeluznantes en Musliúmovo, una de las localidades más afectadas, con elevados índices de cáncer, leucemía y malformaciones congénitas. La corresponsal de EL PAÍS en Rusia también hizo este viaje al horror radiactivo. Página 30

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