Un niño, en estado grave tras caerse de un tercer piso

Borja R. M., de cuatro años, permanecía anoche en estado grave en el hospital Gregorio Marañón tras precipitarse desde un tercer piso en la madrugada del pasado lunes.

El hecho ocurrió en el número 6 de la calle de los Deportistas, en el barrio de San Blas, alrededor de las tres de la madrugada.

Según la policía, el menor alcanzó la ventana tras encaramarse a un sillón. En su caída, arrastró el tendedero de ropa que estaba situado en el primer piso, lo que probablemente le salvó la vida.

El ruido que hizo el niño al estrellarse contra el suelo alertó a los vecin...

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Borja R. M., de cuatro años, permanecía anoche en estado grave en el hospital Gregorio Marañón tras precipitarse desde un tercer piso en la madrugada del pasado lunes.

El hecho ocurrió en el número 6 de la calle de los Deportistas, en el barrio de San Blas, alrededor de las tres de la madrugada.

Según la policía, el menor alcanzó la ventana tras encaramarse a un sillón. En su caída, arrastró el tendedero de ropa que estaba situado en el primer piso, lo que probablemente le salvó la vida.

El ruido que hizo el niño al estrellarse contra el suelo alertó a los vecinos que dormían en el piso bajo: "Oímos un golpe fuerte que venía de la calle y nos asomamos a la ventana; en el suelo vimos al niño tumbado", cuenta la vecina del bajo. "Noté que no tenía mucha sangre", añade. Según relata esta vecina, el niño no parecía muy malherido.

Fueron estos mismos vecinos los que llamaron a la policía y a la ambulancia. "Cuando llamamos a la ambulancia nos dijeron que no moviéramos al niño, pero éste ya se había levantado", cuenta la vecina.

El menor fue ingresado esa misma madrugada en el departamento infantil del Gregorio Marañón. "Tuvo mucha suerte de encontrarse con el tendedero del primero, ya que, si no, podía haber muerto", explicaba esta vecina el bajo.

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El niño era cuidado por su abuela, que se apercibió de lo ocurrido por la alarma de los vecinos. "La abuela , que está sorda, no se enteró de nada", decía ayer otro vecino. "Tiene un sonotone que se quita para dormir, y por eso no lo oyó ni levantarse ni caerse", prosigue el vecino. "Supongo que el niño sería sonámbulo, porque, si no, no se explica", añadía. La vecina del bajo, por su parte, no está de acuerdo: "Borja no era sonámbulo; lo que pasa es que ya se sabe cómo son los críos pequeños; no hay que buscar explicaciones raras", concluía. Este periódico intentó sin éxito conversar con la familia del herido

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