Cartas al director

Teléfono insidioso

Cuando sonó el teléfono de mi vecino a las seis de la tarde del viernes, inicio de largo y veraniego fin de semana, comprendí que habían salido hasta el lunes, y pasadas dos horas el rinrineo, sin pausa, parecía avisar que tenían avena.De regreso a casa, pasada la una de la mañana, fue fácil comprender que aquello no iba a cesar sin la participación de Telefónica. Sin embargo, la amable operadora sólo podía. ofrecerme un "lo siento" final: ¡el servicio técnico no trabaja de noche! Además, no podía garantizarme que amanecido el sábado procedieran a la desconexión; el retén para el fin de semana...

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Cuando sonó el teléfono de mi vecino a las seis de la tarde del viernes, inicio de largo y veraniego fin de semana, comprendí que habían salido hasta el lunes, y pasadas dos horas el rinrineo, sin pausa, parecía avisar que tenían avena.De regreso a casa, pasada la una de la mañana, fue fácil comprender que aquello no iba a cesar sin la participación de Telefónica. Sin embargo, la amable operadora sólo podía. ofrecerme un "lo siento" final: ¡el servicio técnico no trabaja de noche! Además, no podía garantizarme que amanecido el sábado procedieran a la desconexión; el retén para el fin de semana era limitado y ella no podía más que pasar el aviso por medios cibernéticos, sin opción a mencionar la urgencia de evitar más vigilia para los míos. ¡Aún faltaban dos lunas hasta el esperado retorno!

Es difícil aceptar -¡pobre usuario de mí?- que tan magras tarifas den derecho a tan raquítica calidad del servicio ¡público!

¿Habrá empresa con más abonados y tan desasistidos en según qué días y qué horas?

Aún estoy de los nervios.-

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