Tribuna:

El gol del calentamiento

Concentración. El Real Madrid empezó el partido concentrado desde la caseta, mientras que el Sevilla inició su Liga cuando ya había encajado dos goles. Todos los minutos son importantes, del primero al último, incluso los del calentamiento, en los que el Madrid ya aventajaba al Sevilla. La concentración es un elemento fundamental en el fútbol profesional.Control del juego. Los dos primeros goles trastocaron el reparto de papeles preestablecidos para ambos equipos. El Sevilla quedó bloqueado al tener que asumir la dirección del juego. Es un conjunto diseñado para el contraataque. ...

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Concentración. El Real Madrid empezó el partido concentrado desde la caseta, mientras que el Sevilla inició su Liga cuando ya había encajado dos goles. Todos los minutos son importantes, del primero al último, incluso los del calentamiento, en los que el Madrid ya aventajaba al Sevilla. La concentración es un elemento fundamental en el fútbol profesional.Control del juego. Los dos primeros goles trastocaron el reparto de papeles preestablecidos para ambos equipos. El Sevilla quedó bloqueado al tener que asumir la dirección del juego. Es un conjunto diseñado para el contraataque. Por su parte, el Madrid supo adaptarse a las exigencias que le marcó el desarrollo paulatino del encuentro. Los madridistas estuvieron bien en el control y mejor en la iniciativa, con la que siempre fabricaron peligro.

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Defensa. Las diferentes filosofías defensivas de ambos bandos se encarnaron en el juego desplegado por Quique Flores y Jiménez. El madridista ayudó a sus centrales, tapó con eficacia las bandas y jugó con inteligencia y sentido colectivo los numerosos balones que robó. El sevillista, por contra, se limitó a ofrecer dureza para intentar solventar su misión destructiva. Ofreciendo la más clara muestra en la acción del tercer gol en su entrada a Alfonso.

El achique. Con frecuencia se entiende que lo importante en esta fórmula es el empuje de los defensas a los delanteros, llevándolos lo más lejos posible de su área. El Sevilla lo consiguió. Sin embargo, olvidó la segunda premisa del manual del achique: sus centrocampistas no acertaron a controlar al poseedor del balón y le dejaron inventar un antídoto contra el fuera de juego.

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