Reportaje:

Alemania recupera los archivos del nazismo

EE UU devuelve los cientos de miles de documentos que custodió 50 años

Alemania recuperó ayer una porción importante de su triste pasado reciente: 12 kilómetros de archivos, las listas de casi 11 millones de miembros del Partido Nacionalsócialista de los Trabajadores (NSDAP), o sea los nazis, medio millón de actas con los datos de los miembros de las terribles SS y 50.000 protocolos del temible Tribunal Popular, que impartió terror en vez de justicia durante los años de dominación nazi.Con la pedantería de un pueblo estancado en la fase anal , como diría un psicoanalista, los nazis se encargaron de levantar acta de todos y cada uno de sus actos: registraro...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Alemania recuperó ayer una porción importante de su triste pasado reciente: 12 kilómetros de archivos, las listas de casi 11 millones de miembros del Partido Nacionalsócialista de los Trabajadores (NSDAP), o sea los nazis, medio millón de actas con los datos de los miembros de las terribles SS y 50.000 protocolos del temible Tribunal Popular, que impartió terror en vez de justicia durante los años de dominación nazi.Con la pedantería de un pueblo estancado en la fase anal , como diría un psicoanalista, los nazis se encargaron de levantar acta de todos y cada uno de sus actos: registraron los ingresos, ascensos, pureza de raza, matrimonios y decesos de cada camarada del partido. La relación palpable de los 11 millones de cómplices que hicieron posible el régimen más criminal de la historia de la humanidad quedó registrada para la posteridad.

Esta gigantesca constancia de los colaboradores del horror se salvó de la quema, para desgracia de muchos de ellos, por una casualidad al final de la guerra. En la región de Allgäu, en el sur de Alemania, aparecieron las 65 toneladas de papel, que pasaron a manos del Gobierno de EE UU, que lo administró hasta ayer. Por decisión de Washington, el Centro de Documentación se instaló en Berlín, precisamente en el antiguo edificio donde la Gestapo tenía sus bases para las escuchas telefónicas. Hasta no hace mucho tiempo, el Gobierno de Estados Unidos- nombraba a oficiales retirados al frente del archivo, que se podía convertir en una auténtica caja de Pandora si caía en manos dispuestas a tirar de la manta . y sacar la basura barrida debajo de la alfombra. A lo largo de los últimos 50 años, más de una ambición política se vio frustrada ante la amenaza de que alguna ' de las actas viese la luz. Fiel al principio de que la información es poder, EE UU se resistió a entregar los, archivos a Alemania, como hizo ayer, no sin antes, eso sí, asegurarse de que los amarillentos papeles se microfilmasen y se . enviasen a un archivo al otro lado del Atlántico.

Estos archivos sirvieron como elemento de prueba en los juicios de Nuremberg contra los jerifaltes del nazismo y también a la fiscalía alemana encargada de perseguir a los criminales nazis. Ahora existe el temor de que el Archivo Federal Alemán, el organismo que se hizo cargo de la pesada herencia, ponga mayores obstáculos que los administradores anteriores para quienes deseen investigar. Las autoridades alemanas aseguran que se permitirá el acceso a los investigadores, pero hay algún tonillo que hace temer lo peor. Se hace referencia al derecho a la intimidad y a la protección de los datos sobre la personal que caduca 30 años después de la muerte del interesado. Se habla de armarios que contienen da tos comprometedores para políticos que representaron un papel importante en la República de Bonn. Nada menos que 80.000 documentos desaparecieron estos años en que el archivo estuvo en poder de Estados Unidos. Todo esto mueve a la desconfianza.

Archivado En