Cartas al director

¡Viva la perilla!

A diferencia del un tanto inflexible en sus juicios Javier Marías, opino que los jugadores de la selección nacional no podían haber elegido mejor aditamento estético para el mundial que la perilla. Nada más español.¿Acaso no es la perilla un ornamento que nos recuerda instantáneamente al típico caballero español del siglo de oro, nuestra época de máximo esplendor, cuando éramos el centro del mundo? ¿No nos imaginamos perfectamente con perilla al mismísimo don Juan Tenorio?

De acuerdo con Marías en que la perilla es casi propia del malvado que del bondadoso. Pero ¿acaso no es siempre mil...

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A diferencia del un tanto inflexible en sus juicios Javier Marías, opino que los jugadores de la selección nacional no podían haber elegido mejor aditamento estético para el mundial que la perilla. Nada más español.¿Acaso no es la perilla un ornamento que nos recuerda instantáneamente al típico caballero español del siglo de oro, nuestra época de máximo esplendor, cuando éramos el centro del mundo? ¿No nos imaginamos perfectamente con perilla al mismísimo don Juan Tenorio?

De acuerdo con Marías en que la perilla es casi propia del malvado que del bondadoso. Pero ¿acaso no es siempre mil veces más fascinante la imagen del malo de la película que del bueno? ¿No es mejor parecerse al espadachín maligno o al corsario audaz que a un engominado como Meola o a Baggio, que con su peinado resulta un hortera que quiere ir de moderno y se estrella? Le recuerdo a Javier Marías que de lo que se trata en el campo de juego es de infundir respeto al rival, no de enamorarlo.

¡Viva la perilla!-

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