González apela a la estabilidad y Aznar al voto anticorrupción, para captar indecisos

La campaña electoral tocó anoche a su fin. La suerte de Felipe González y José María Aznar queda en manos de los electores que acudan mañana a las urnas. Ambos líderes tocaron a rebato por partida doble -los dos intervinieron en Madrid y Sevilla- en un último esfuerzo por conquistar a la amplia franja de indecisos. González pidió el voto de toda la izquierda para garantizar la estabilidad y conjurar el riesgo de verse derrotado por vez primera por la derecha. Aznar se volcó en solicitar el apoyo de todos aquellos tentados de perdonarle a González la corrupción y el paro. De cuajar ambos llamam...

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La campaña electoral tocó anoche a su fin. La suerte de Felipe González y José María Aznar queda en manos de los electores que acudan mañana a las urnas. Ambos líderes tocaron a rebato por partida doble -los dos intervinieron en Madrid y Sevilla- en un último esfuerzo por conquistar a la amplia franja de indecisos. González pidió el voto de toda la izquierda para garantizar la estabilidad y conjurar el riesgo de verse derrotado por vez primera por la derecha. Aznar se volcó en solicitar el apoyo de todos aquellos tentados de perdonarle a González la corrupción y el paro. De cuajar ambos llamamientos, la coalición de Julio Anguita, Izquierda Unida, que aspira a romper el bipartidismo, sería nuevamente la víctima, como ya ocurriera en las generales de hace un año.

Los populares confían en obtener entre dos y cuatro puntos más que los socialistas en las elecciones al Parlamento Europeo; los socialistas quieren ganar en Andalucía "por goleada". Sus líderes echaron el resto para movilizar a los indecisos. En Madrid, con un Palacio de los Deportes sin llenar, Felipe González intentó minar la moral de su principal adversario, José María Aznar, proclamando que, pase lo que pase mañana, presidirá el Gobierno hasta 1997. El líder del PSOE hizo un nuevo llamamiento a los "enfadados", a los indecisos y a quienes les han acompañado "desde el 82", para indicarles que el domingo "se juegan mucho": llevar a Estrasburgo una mayoría progresista y la estabilidad interna. Después, en Sevilla, el presidente del Gobierno apeló a todos los votantes de izquierda para que agrupen su voto y el PSOE "gane por goleada en Andalucía".

Pero Aznar le dio réplica. El líder del PP pidió a los españoles que no atiendan las demandas de perdón de González porque sólo servirá, dijo, para que los socialistas "vuelvan a sacar pecho y a decir más de lo mismo". Ante una abarrotada plaza de Las Ventas, el presidente popular reclamó "un gran triunfo" porque "lo necesita España" y con la promesa de que sabrá ganar.

Frente a ellos, Julio Anguita confía en obtener "la fuerza" suficiente para poder cambiar la política española y "romper el chiringuito" bipartidista. El líder de IU seguirá pidiendo la renuncia de González pase lo que pase el 12-J.

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