El plan quinquenal 1994-98 de Renfe fija una inversión de 341.000 millones de pesetas

El plan estratégico diseñado por Renfe para los próximos cinco años compromete un inversión global de 340.985 millones de pesetas. Según detalló ayer la presidenta de la compañía ferroviaria, Mercè Sala, ante un grupo de empresarios y proveedeores, la mayor parte de esa inversión (165.238 millones) se destinará a la gestión de infraestructuras, seguida de los sistemas integrados de transporte (87.668 millones) y los servicios logísticos (67.642 millones). En el periodo 1994-1998, la amortización prevista es de 383.324 millones, "lo que, si se tiene en cuenta la inversión, supone una reducc...

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El plan estratégico diseñado por Renfe para los próximos cinco años compromete un inversión global de 340.985 millones de pesetas. Según detalló ayer la presidenta de la compañía ferroviaria, Mercè Sala, ante un grupo de empresarios y proveedeores, la mayor parte de esa inversión (165.238 millones) se destinará a la gestión de infraestructuras, seguida de los sistemas integrados de transporte (87.668 millones) y los servicios logísticos (67.642 millones). En el periodo 1994-1998, la amortización prevista es de 383.324 millones, "lo que, si se tiene en cuenta la inversión, supone una reducción de la deuda", afirmó Sala.El objetivo principal de este plan quinquenal es presentar a su término un déficit de gestión -sin contabilizar las transferencias públicas- cero. De momento, la previsión de Renfe para este año es cerrar las cuentas con un déficit de gestión de 52.469 millones de pesetas, un 7% menor que el alcanzado al final de 1993. En 1994, las aportaciones públicas a la empresa ferroviaria serán de 289.000 millones.

Para alcanzar el objetivo cero, la dirección de la compañía pública ha manejado diferentes variables, desde la redifinición de la relación entre la compañía y el Estado hasta la determinación del excedente laboral, pasando por el reajuste de las diferentes unidades de negocio o un incremento de los ingresos del 7% como media anual.

El planteamiento de Renfe es que la compañía se debe regir por criterios estrictamente empresariales y que el Estado debe asumir los gastos derivados de su actividad como servicio público. Por ello, estima que el Estado debe hacerse cargo de lo que Sala denomina "la carretera ferroviaria", así como de la subvención de las cercanías (en un 35%) y de las líneas regionales (en un 25%).

Estos extremos, más el futuro de la deuda financiera de Renfe, constituyen el núcleo de las negociaciones del contrato programa Estado-Renfe, que en estos días se está negociando entre la dirección de la compañía y el Ministerio de Economía y Hacienda. En principio, el contrato pro grama debería estar concluido el próximo mes de junio.

Ajuste laboral

El ajuste de plantilla es, tal vez, el aspecto más conflictivo del plan estratégico. El programa quinquenal recoge un excedente laboral de 8.456 personas, que se iría reajustando en varios periodos. En una primera fase, y dentro de un acuerdo marco con los sindicatos para 1994 y 1995, el ajuste afectaría a 2.000 personas, todas mayores de 58 años, que se acogerían a jubilaciones anticipadas.Otras 4.000 personas seguirían el mismo camino entre 1996 y 1998. Los 2.456 bajas restantes serían las naturales, las de aquellas personas que optasen por la baja incentivada y las que se deriven de la reconversión de otras unidades de negocio, como la que se ocupa de los talleres. Con este reajuste, la plantilla quedaría en 31.000 personas. Aún así, el plan quinqueinal de Renfe considera que el nivel ideal de la plantilla es inferior a esa cifra en unas 2.230 personas.

En cuanto a las unidades de negocio, Renfe plantea un reforzamiento de las cercanías, el transporte de mercancías y la alta velocidad, así como la reducción a la mitad del tránsito nocturno.

En el servicio regional, la pretensión de la compañía ferroviaria es recortar la actividad si no consigue subvenciones directas de las autoridades autonómicas o provinciales. Este esquema ya ha sido expuesto y recogido favorablemente por varias comunidades autónomas, como la aragonesa, la andaluza, la catalana o la gallega.

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