Cartas al director

Agradecimiento

Soy un extranjero residente en España desde hace casi cuatro años, fiel lector del diario que usted dirige. El cambio de lugar de residencia significó para mí un gran esfuerzo de adaptación, que va disminuyendo con el paso de tiempo. Cada día que pasa son menos las cosas que me desagradan y frustran, y más las que me gustan y disfruto de este lugar en donde escogí vivir. Y EL PAÍS ha tenido un papel esencial en mi proceso de acercamiento intelectual y emocional a la realidad española, más allá de las críticas que algunos apreciados amigos hacen de la evolución político-ideológica (de al...

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Soy un extranjero residente en España desde hace casi cuatro años, fiel lector del diario que usted dirige. El cambio de lugar de residencia significó para mí un gran esfuerzo de adaptación, que va disminuyendo con el paso de tiempo. Cada día que pasa son menos las cosas que me desagradan y frustran, y más las que me gustan y disfruto de este lugar en donde escogí vivir. Y EL PAÍS ha tenido un papel esencial en mi proceso de acercamiento intelectual y emocional a la realidad española, más allá de las críticas que algunos apreciados amigos hacen de la evolución político-ideológica (de alguna forma hay que denominarla) de su periódico en sus años de existencia. El miércoles 20 de abril tuve el privilegio de leer las columnas y artículos de Javier Pradera, Enrique Gil Calvo, Fernando Savater, Manuel Vicent y Antonio Muñoz Molina, ¡todos en una sola edición! Independientemente del grado de coincidencia o disentimiento que puedo tener con lo que ellos escriben, leerlos me estimula.Cuando por la noche de ese miércoles hice un balance de mi día no pude menos que decirme: "¡Gracias a este país -entre otras cosas- por EL PAÍS!".-

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