Diputados integradores proponen a Zapatero para presidir el grupo

Numerosos diputados del Grupo Parlamentario Socialista convinieron ayer en defender a Virgilio Zapatero, presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, para sustituir a Carlos Solchaga al frente del grupo. Los partidarios de esta candidatura consideran que Zapatero sería "un básamo" para el grupo, al no levantar ronchas ni en guerristas ni en renovadores, a pesar de que su adscripción histórica está con Alfonso Guerra. Otros diputados, del sector renovador, proponen a Joaquín Almunia.

El vicesecretario general del PSOE no dio anteayer a Felipe González ningún nombre para sustitu...

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Numerosos diputados del Grupo Parlamentario Socialista convinieron ayer en defender a Virgilio Zapatero, presidente de la Comisión Constitucional del Congreso, para sustituir a Carlos Solchaga al frente del grupo. Los partidarios de esta candidatura consideran que Zapatero sería "un básamo" para el grupo, al no levantar ronchas ni en guerristas ni en renovadores, a pesar de que su adscripción histórica está con Alfonso Guerra. Otros diputados, del sector renovador, proponen a Joaquín Almunia.

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El vicesecretario general del PSOE no dio anteayer a Felipe González ningún nombre para sustituir a Solchaga, en la reunión de la permanente de la ejecutiva celebrada en La Moncloa, aunque pidió que se evite que, como en el caso de Solchaga, un sector del partido quede descontento.Los miembros de la comisión permanente de la ejecutiva federal del PSOE se reunieron en la tarde del jueves con Felipe González en La Moncloa para discutir los acontecimientos ocurridos en las horas precedentes. La sustitución del presidente del grupo parlamentario, Carlos Solchaga, queda en manos de la ejecutiva federal del PSOE, que tomará esta decisión el lunes. No obstante, González quiso escuchar del núcleo dirigente de su partido cuál era su opinión.

No se dieron nombres, pero sí los hay por detrás, y durante este fin de semana los teléfonos funcionarán para intercambiar candidatos. Numerosos diputados socialistas hablaban ayer sin tapujos de dos únicas posibilidades sensatas: Virgilio Zapatero, exministro de Relaciones con las Cortes, y Joaquín Almunia, secretario de Estudios y Programas, en tanto que nadie ponía objeciones a Jesús Caldera y a Carlos López Riaño, secretario general y adjunto, respectivamente.

El nombre de Zapatero no ha salido todavía en los prolegómenos de la negociación, pero sí el de Almunia y el de Jordi Solé Tura. Almunia ha manifestado sus pocos deseos de ocupar este puesto una vez que acaba de ser nombrado secretario de estudios y programas de la ejecutiva federal, y es ésta una labor en la que acaba de empezar y ya ha sentado las primeras bases. Los guerristas no han dudado en hacer llegar a González, no obstante, que Almunia no sería un candidato de todos al haberse mostrado siempre como abanderado de la renovación.

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Esta vez, sin pulsos

Fuentes gubernamentales indican que González no desea hacer imposiciones a la ejecutiva federal, dado que el pulso que tuvo que echar nada más celebrarse las elecciones dista mucho de lo que ahora está ocurriendo. Lo último que querría González es que por el nombramiento del presidente del grupo parlamentario se reabriera la fisura interna, cuando durante estos días tanto Alfonso Guerra como los guerristas más significados se han mantenido callados en la crisis gubernamental. "Estos días se han enviado desde Ferraz mensajes de claro apoyo a González", aseguraba un dirigente guerrista.

La pelea interna se pondría de manifiesto el próximo martes si el candidato que propondrá la ejecutiva federal no satisface a unos o a otros, que tomarían la palabra para manifestarlo en la reunión del grupo parlamentario que tendrá que ratificar la sustitución. "En estos momentos, Felipe González necesita una aprobación del presidente del grupo por asentimiento, sin que haya necesidad de votaciones" señalaba un portavoz renovador.

Los dirigentes guerristas prefirieron ayer no desvelar sus cartas, aunque no descartaban que en un primer momento lanzaran sobre la mesa nombres de improbable aprobación por su excesiva significación de un lado. En la misma línea tampoco aceptarían a un "renovador puro" para ocupar este puesto. Los numerosos diputados que ayer hablaban sobre su posible jefe no dudaban en mencionar a Zapatero para ocupar el puesto. De Zapatero destacan su ausencia de sectarismo, el conocimiento del Parlamento al haber sido durante 12 años secretario de Estado para las Relaciones con las Cortes, después ministro de esa cartera y, en la oposición, secretario general del grupo parlamentario. Zapatero, que en su día votó a favor de Carlos Solchaga para la presidencia del grupo, está siendo bombardeado por compañeros que le piden que acepte el puesto. Personas de su entorno aseguran que lo último que en estos momentos desearía es volver de lleno a la tarea parlamentaria, ya que ha empezado a reorientar su vida profesional en la universidad como profesor titular de Filosofia del Derecho.

La persona que ocupe la presidentia del grupo se convertirá en la práctica en el número tres del PSOE e interlocutor privilegiado del Gobierno y del partido. Carlos Solchaga asistirá el lunes a la reunión de la permanente y el martes al pleno de los diputados y senadores del PSOE, en la que se elegirá a su sustituto. En este encuentro dirigirá a sus compañeros unas palabras de despedida, ya que también abandona el escaño.

A pesar de haber comenzado con la oposición de los guerristas, Solchaga en los últimos tiempos había ganado el favor de casi todos los diputados al haber repartido juego sin tener en cuenta las etiquetas.

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