Recordando al compositor José Afonso

Homenaje a la "revolución de los claveles" en el teatro Alfil

El pasado 25 de abril se cumplía el vigésimo aniversario de la revolución de los claveles, que terminó con medio siglo de dictadura en Portugal. El santo y seña para el levantamiento fue una canción, Grandola, vila morena. Su autor e intérprete, José Afonso (1929-1987), tenía muchos amigos en España. Uno de ellos, el cantante Luis Pastor, organiza en esa fecha, desde hace ocho años, un recital en su honor con la participación de músicos portugueses y españoles. Este año, el acto se celebró en el teatro Alfil, e intervinieron, además de Pastor, Luis Mendo, Pablo Guerrero, Bern...

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El pasado 25 de abril se cumplía el vigésimo aniversario de la revolución de los claveles, que terminó con medio siglo de dictadura en Portugal. El santo y seña para el levantamiento fue una canción, Grandola, vila morena. Su autor e intérprete, José Afonso (1929-1987), tenía muchos amigos en España. Uno de ellos, el cantante Luis Pastor, organiza en esa fecha, desde hace ocho años, un recital en su honor con la participación de músicos portugueses y españoles. Este año, el acto se celebró en el teatro Alfil, e intervinieron, además de Pastor, Luis Mendo, Pablo Guerrero, Bernardo Fuster, Luis Farnox, Rubén Dantas, Fermín Aldaz, Edu Nascimento, Susana Martins y Lourdes Guerra.

Sones lusos

El espectáculo fue una delicia de sones lusos, aromas de fado y percusiones africanas. Al final, por supuesto, y con todos los intérpretes en escena, la canción que sirvió de contraseña para el levantamiento de los capitanes.José Afonso, Zeca, no sólo fue un innovador de la música popular portuguesa, sino también un hombre de extraordinaria talla épica. Su identificación con la causa le llevó a la marginación. Murió, tras larga enfermedad, a los 58 años. Dedicó su vida a la música, a la enseñanza (fue profesor en diversos liceos de Portugal y Mozambique) y a la defensa de las libertades. Considerado como el creador de una nueva forma de cantar el fado, grabó su primer disco, Baladas de Coimbra, en 1958. Pero fue su bellísima canción Grandola, vila morena la que unió su nombre al de la revolución.

Era el 25 de abril de 1974. Aquella noche se celebraba el festival de Eurovisión. A las 23.30, Radio Renasença emitió la canción dedicada a Grandola, "terra de fraternidade". A sus sones, los capitanes se hicieron con el país. Cuando los tanques recorrían Lisboa, una mujer dio a los soldados un ramo de claveles que colocaron en los cañones. Así nacieron dos mitos: el gráfico y el musical, que alió para siempre el tema con la revolución.

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