Una reunión para "limar asperezas" añade tensión al gobierno del PP

L. OTERO / J. M. ROMERO El equipo titular del PP en el Ayuntamiento de Madrid anda a la greña y dividido. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, se ha llevado a la sierra madrileña a los 11 concejales de la comisión municipal de gobierno para intentar "limar asperezas". Pero el contenido de la agenda de trabajo, redactado por la concejal de Cultura y Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, ha transformado un encuentro para buscar la paz en motivo suficiente para desatar nuevas tensiones en el grupo municipal. Desde ayer por la tarde, los concejales reflexionan junto al embalse de Santillana, e...

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L. OTERO / J. M. ROMERO El equipo titular del PP en el Ayuntamiento de Madrid anda a la greña y dividido. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, se ha llevado a la sierra madrileña a los 11 concejales de la comisión municipal de gobierno para intentar "limar asperezas". Pero el contenido de la agenda de trabajo, redactado por la concejal de Cultura y Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, ha transformado un encuentro para buscar la paz en motivo suficiente para desatar nuevas tensiones en el grupo municipal. Desde ayer por la tarde, los concejales reflexionan junto al embalse de Santillana, en el municipio de Manzanares el Real (2.587 habitantes), en busca de una estrategia común que deberán aplicar durante el año que resta para la convocatoria de las próximas elecciones locales.

En principio, Aguirre propuso un curso de formación impartido por miembros del IESE (una prestigiosa institución de formación de gestores de empresa vinculada al Opus Dei). Pero ante la oposición de la mayoría de los concejales a "volver al colegio" y las amenazas de "hacer novillos", el alcalde optó ayer por reducir a la mínima expresión las lecciones previstas.

Un tercio de los miembros de la comisión de gobierno, con los que dialogó ayer este periódico, expresó su descontento con las formas y el fondo de la convocatoria. "Ni siquiera estaba enterado el alcalde. Es una cosa de Esperanza Aguirre", señaló uno de los ediles. El alcalde matizó más tarde que él había propuesto una reunión, pero no conocía el programa preparado por encontrarse de viaje en Bruselas. Los concejales criticaron la convocatoria en la comisión de gobierno celebrada ayer, a la que no asistió Esperanza Aguirre, a quien todos aguardaban con las uñas afiladas. "Esperemos que aparezca en los ejercicios espirituales de Santillana", indicaron irónicamente algunos ediles. Allí airearán los "problemas matrimoniales" internos. "Como siempre estamos tan ocupados, no nos da tiempo a matizar las críticas que nos hacemos y luego surgen las discrepancias", explicaba ayer Álvarez del Manzano. Los conflictos en el seno del grupo municipal del PP no se limitan a las discrepancias expresadas públicamente por los concejales más o menos rebeldes (el ex concejal de Centro, Ángel Matanzo, y el ex responsable de Cultura, Pedro Ortiz) o a los plantones en los plenos propinados por el edil de Moratalaz y Vicálvaro, Venancio Mota, y el de Carabanchel, Manuel Martínez Blanco. En la trastienda del grupo municipal los desencuentros son frecuentes y el alcalde se desgañita para imponer una paz casi imposible.

PASA A LA PAGINA 3

El gobierno municipal defiende su autonomía ante la falta de apoyo de la dirección regional

VIENE DE LA PÁGINA 1 Los responsables de dos de las áreas cruciales en la gestión municipal (Hacienda y Urbanismo) mantuvieron un enconado enfrentamiento durante la discusión de los presupuestos para este año. Fernando López Amor y José Ignacio Echeverría intercambiaron sus puestos cuando el PP ganó las elecciones municipales. Echeverría dejó Hacienda a López Amor y éste cambió Urbanismo por el área económica. La pelea política entre ambos retrasó durante dos meses la aprobación del presupuesto de 1994.

Pero, al margen de disensiones bilaterales, es Esperanza Aguirre quien levanta más discrepancias entre sus propios compañeros. Aguirre es, de todos los concejales de la comisión de gobierno, la que más influencia tiene en las decisiones del alcalde, según sus compañeros. Tanto es así que le atribuyen gran influencia en la destitución de Pedro Ortiz como responsable de Cultura (área que asumió ella misma) o en la retirada de la tercera paga extra a los funcionarios municipales.

Huérfanos de Génova

Pero las disensiones internas del PP no terminan en los muros del Ayuntamiento. Algunos de los concejales con más poder en la corporación han empezando a rebelarse contra los dirigentes regionales de su partido. Se sienten olvidados y marginados, y consideran que en Génova, 13, sede nacional del PP, los jefes políticos tan sólo intervienen en las cuestiones municipales para dejar en ridículo a los concejales o para anunciar que en las próximas listas electorales muchos de los actuales ediles no repetirán.

"Por eso nos hemos convertido en un comando autónomo del partido", explica un miembro del equipo de gobierno. Y no le falta razón. Algunos diputados autonómicos del PP se han quejado a la ejecutiva regional del trato que reciben de sus compañeros del Ayuntamiento de Madrid. "Denuncian que los concejales de área no les hacen caso", indica un alto cargo de la dirección regional.

Otro miembro de la cúpula nacional del partido confirma esta falta de colaboración: "Algunos concejales están subidos en la columna de Peridis, y desde esa torre del poder no atienden cuando llama por teléfono un diputado regional del PP que está en la oposición". "Es una pérdida de tiempo tener que explicar decisiones que son obvias a los dirigentes del partido sólo para conseguir que te apoyen en una votación", dijo ayer Alvarez del Manzano.

Mientras, en la ejecutiva regional del PP, compuesta mayoritariamente por diputados autonómicos, ven "injustificada" la crítica de algunos ediles a la dirección del partido. "Les estamos apoyando en todo y les estamos quitando los balones que les echa la Comunidad de Madrid", indicó. un dirigente popular, en referencia a la comisión de estudio creada esta semana para discutir la Ley de Capitalidad. Sólo dos de los 10 miembros de esa comisión son concejales.

En principio, la reunión de este fin de semana debe servir para limar todos estos problemas del equipo de Gobierno.

El "machista" resentido

El concejal de Carabanchel, Manuel Martínez Blanco, continúa empeñado en intentar que le expulsen del PP, como es su deseo. El insulto a una compañera de partido (llamó golfa a la edil de Chamberí y miembro de la Ejecutiva Nacional, Mercedes de la Merced) le valió únicamente una llamada al orden. En aquella ocasión se tomó muy a pecho que De la Merced se refiriera a él y a Venancio Mota como tránsfugas (puesto que habían anunciado la creación de un partido independiente). Ayer se mostró también muy afectado por el hecho de que tres mujeres concejales del Ayuntamiento de Madrid (De la Merced, la socialista Patrocinio de la Heras y Begoña San José, de IU) le colocasen entre los cinco ediles más machistas (junto a Leandro Crespo, Félix López Rey, Franco González y Ángel Matanzo) y se defendió con una acusación: "En el Ayuntamiento hay hasta políticas tortilleras [homosexuales], declaró a Diario 16. "Tengo el máximo respeto a las mujeres, sobre todo cuando tienen hijos", espetó.

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