Maestras por necesidad

Varias madres gallegas dan clase a sus hijos por falta de profesorado

Una docena de niños de cuatro anos ven cada mañana cómo sus propias madres, que los visten y los lavan en casa, se encargan también de enseñarles luego, en el aula del colegio, las primeras letras y la diferencia entre los colores. Son las madres de la Asociación de Padres de Alumnos del Colegio Público Tomás de Lemos, de Ribadavia (Orense), que tomaron la iniciativa de suplir al profesor de sus hijos en octubre ante la negativa de la Consejería de Educación a facilitar un docente.El origen del problema está en el hecho de que dos de los 38 profesores previstos para el colegio solicitaran la b...

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Una docena de niños de cuatro anos ven cada mañana cómo sus propias madres, que los visten y los lavan en casa, se encargan también de enseñarles luego, en el aula del colegio, las primeras letras y la diferencia entre los colores. Son las madres de la Asociación de Padres de Alumnos del Colegio Público Tomás de Lemos, de Ribadavia (Orense), que tomaron la iniciativa de suplir al profesor de sus hijos en octubre ante la negativa de la Consejería de Educación a facilitar un docente.El origen del problema está en el hecho de que dos de los 38 profesores previstos para el colegio solicitaran la baja indefinida, quedando desatendida un aula de preescolar, el laboratorio y la biblioteca. "La Xunta nos dijo antes de comenzar el curso que no tenía personal para cubrir las bajas durante un curso entero", señala Celso Sotelo, miembro de la asociación de padres.

Los padres optaron por la huelga, y durante 20 días de septiembre las madres se encerraron en el centro. Luego realizaron diversas protestas. Una de ellas, que coincidió con la campaña electoral gallega, fue disuelta por la policía en Santiago de Compostela.

De nada sirvió la presión. "En la Consejería de Educación nos dicen que si nos mandan profesores también tendrían que enviarlos a otros colegios", se queja Odete Pérez Quintas, presidenta de la asociación. Las perspectivas no son halagüeñas, y las madres sospechan que el año que viene también les va a tocar ejercer la docencia "si las autoridades no lo rernedian. "Lógicamente, nuestros hijos estarían mejor atendidos por una maestra, formada para ello", dice Odete Pérez, "pero las madres algo de psicología y pedagogía también sabemos, y, si la Xunta no atiende nuestros requerimientos mejor así que mal atendidos". Como miembro del consejo escolar no le duelen prendas al señalar que la Administración autónoma gallega "ha escolarizado mal a los niños de preescolar, y en otros colegios hay más de 25 alumnos de tres años por aula".

La asociación de padres está dispuesta también a pagar de su bolsillo el próximo curso al profesor de apoyo que necesitan para atender el laboratorio y la biblioteca, ahora infrautilizados. Estos padres no comprenden que este tipo de cosas ocurran en la enseñanaza pública, y menos aún en este centro, uno de los pocos que envió a Educación, como marca la LOISSE, un proyecto de formación de alumnos.

La resignación no hace mella aún en los padres y madres-maestras. De hecho, no están dispuestos a aceptar cualquier solución. A su petición de profesorado les han respondido en la consejería con un ofrecimiento de clérigos que alimenta sus suspicacias, porque el claustro de profesores decidió asumir la enseñanza de la religión para prescindir de los curas.

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