Cartas al director

Odisea de una reclamación

El 14 de febrero, en la estación de metro de Retiro, unos empleados requirieron mi billete; yo pedí su acreditación, y, de muy malas maneras, se negaron, amenazando incluso con ponerme una denuncia por haber saltado el torniquete de entrada, hecho falso, ya que posteriormente fue comprobado mi billete y era válido, con lo que pude acceder al andén. Tras esto, puse una reclamación en la taquilla. Inmediatamente se presentó el jefe de control, atacándome con injurias y calumnias, diciéndome que si presentaba la reclamación, me denunciaba por haberme colado, cuando ya se había comprobado la valid...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El 14 de febrero, en la estación de metro de Retiro, unos empleados requirieron mi billete; yo pedí su acreditación, y, de muy malas maneras, se negaron, amenazando incluso con ponerme una denuncia por haber saltado el torniquete de entrada, hecho falso, ya que posteriormente fue comprobado mi billete y era válido, con lo que pude acceder al andén. Tras esto, puse una reclamación en la taquilla. Inmediatamente se presentó el jefe de control, atacándome con injurias y calumnias, diciéndome que si presentaba la reclamación, me denunciaba por haberme colado, cuando ya se había comprobado la validez de mi billete, coaccionándome claramente para no presentar dicha reclamación, que es, por supuesto, un derecho de cualquier usuario de metro. Es increíble que en un país libre exista esta prepotencia por parte de unos empleados de metro que coaccionan e intimidan por rellenar una hoja de reclamación.-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En