Cartas al director

Productos digeridos

Voy a referirme a una película de la que tan sólo con ver el cartel anunciador se deduce su argumento. Es un cartel revelador. Tenemos a Robin Williams disfrazado de mujer, rodeada su cara con un círculo y encima de él pone: "Papá"; y un lema debajo de la fotografía familiar que dice: "Una comedia sobre un padre que haría cualquier cosa para estar con sus hijos".El anuncio tiene su mérito: logra sintetizar la película, pero lo hace tan bien que ya no hace falta verla porque ya sabemos lo que nos va a contar; esto es (y no he visto la película, conste): un padre que se separa de su familia, le ...

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Voy a referirme a una película de la que tan sólo con ver el cartel anunciador se deduce su argumento. Es un cartel revelador. Tenemos a Robin Williams disfrazado de mujer, rodeada su cara con un círculo y encima de él pone: "Papá"; y un lema debajo de la fotografía familiar que dice: "Una comedia sobre un padre que haría cualquier cosa para estar con sus hijos".El anuncio tiene su mérito: logra sintetizar la película, pero lo hace tan bien que ya no hace falta verla porque ya sabemos lo que nos va a contar; esto es (y no he visto la película, conste): un padre que se separa de su familia, le niegan la custodia y no puede ver a sus hijos, y éste (Robin Williams) se disfraza de mujer para poder verlos a la vez que hace de apoyo a las tareas domésticas.

A esto sólo añadir las dosis histriónicas de los actores, una buena fotografía, grandes medios de producción y tenemos Señora Doubtfire (que vendría a ser algo así como duda o temor al fuego, a la combustión, quizá... ¿temor a lo ardiente?).

Supongo que a los espectadores que ven el cine rodeados de palomitas y comentarios ad hoc les valdrá. En esas condiciones no se puede pedir más (ídem televisión), pero están consiguiendo, desde una parte de Hollywood, mandarnos los productos ya digeridos, no sea que vayamos a pensar y nos dé por ver cine-cine y se les acabe el negocio.

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Antes veía los trailers y ya me enteraba de lo que me contaba y cómo me lo Iba a contar la película (aplicando mejor el lenguaje pictórico, empezaría a llamarlas piezas, dejando el término película para las obras que, aplicando el sentido kantiano de la palabra, trasciendan); ahora ya sólo necesitamos ver los carteles que las anuncian para saber de qué va ese tipo de películas. Mejor así, y no pagar 600 pesetas para desolamos. Al fin y al cabo, la mayor parte de esas películas luego se condensa en un breve ,comentario del tipo: "Sí, hombre, esa peli que iba de...".

Y en los puntos suspensivos ponen el comentario del cartel

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