Editorial:

Sobran palabras

AL MENOS 66 muertos y dos centenares de heridos causó ayer en el mercado central de Sarajevo la explosión de una sola granada de artillería. El viernes murieron nueve civiles en una cola para comprar harina. Ambas granadas fueron lanzadas desde posiciones artilleras serbias perfectamente localizadas en los montes que rodean la capital bosnia. Los frentes del cerco a la ciudad estaban en calma, luego ni siquiera sirve el cínico pretexto aludido en otras ocasiones por las fuerzas serbias asediantes de que tienen que bombardear a civiles para frenar provocaciones de los asediados. Durante ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

AL MENOS 66 muertos y dos centenares de heridos causó ayer en el mercado central de Sarajevo la explosión de una sola granada de artillería. El viernes murieron nueve civiles en una cola para comprar harina. Ambas granadas fueron lanzadas desde posiciones artilleras serbias perfectamente localizadas en los montes que rodean la capital bosnia. Los frentes del cerco a la ciudad estaban en calma, luego ni siquiera sirve el cínico pretexto aludido en otras ocasiones por las fuerzas serbias asediantes de que tienen que bombardear a civiles para frenar provocaciones de los asediados. Durante unos días se multiplicarán las declaraciones de condena e indignación en el mundo. ¿Y después? La experiencia de dos años de guerra induce a pensar que volverán a imponerse las voces que aseguran que el problema es "muy complejo" y que "todos son igual de culpables". Igual de culpables los 61 muertos y el artillero que disparó la granada. Sobran palabras. Si no pasa algo pronto, esta guerra no sólo arrastrará a Bosnia a la desaparición y a su población a la muerte, sino al mundo civilizado a la miseria moral.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En