Cartas al director

La violencia no es negociable

A veces me da la impresión de que algunas personas muy vinculadas a la lucha antiterrorista se toman la misma como un simple juego de guerra, con espionaje incluido, en el que no faltaba ahora sino un pacto secreto. Me parece que es poco serio lanzar esas desesperadas declaraciones, dando la impresión de que no queda más remedio que dar el brazo a torcer ante la violencia y la intolerancia.Yo me pregunto: ¿qué es lo que hay que negociar? Ya que se ha nombrado el ejemplo del proceso de paz entre Israel y la OLP, ahí sí había algo que negociar, o, por lo menos, con más argumentos para su legitim...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

A veces me da la impresión de que algunas personas muy vinculadas a la lucha antiterrorista se toman la misma como un simple juego de guerra, con espionaje incluido, en el que no faltaba ahora sino un pacto secreto. Me parece que es poco serio lanzar esas desesperadas declaraciones, dando la impresión de que no queda más remedio que dar el brazo a torcer ante la violencia y la intolerancia.Yo me pregunto: ¿qué es lo que hay que negociar? Ya que se ha nombrado el ejemplo del proceso de paz entre Israel y la OLP, ahí sí había algo que negociar, o, por lo menos, con más argumentos para su legitimación, sin olvidar, por supuesto, que también en ese gran conflicto la violencia y la intolerancia no brillaron precisamente por su ausencia. Que no intente nadie nunca asimilar al pueblo palestino, que ni siquiera ha tenido ni un pedazo de tierra donde caminar en libertad, con un grupo minoritario que ya no se sabe qué es lo que quiere, pero que por lo menos ha tenido y tiene una patria, una Constitución, un Parlamento, una democracia, cosas todas ellas con las que sueñan muchos seres humanos en el mundo, y sueñan porque no las tienen.

No hacen falta pactos secretos como los que propone el señor Arzalluz, porque no hay que negociar para que tengamos Constitución o democracia o igualdad, o Cortes Generales, o libertad, ya tenemos todo eso, y también lo tienen los miembros de ETA; tenemos los medios para que todo lo que vaya en contra de esos principios sea eliminado, sin secretismos ni espionajes, sino con la verdad y la legalidad por delante. Me vuelvo a preguntar qué es lo que secretamente se quiere negociar. La violencia no es negociable: es rechazable, y, además, por una gran mayoría del pueblo vasco y, por tanto, del pueblo español.-

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En