Felicidades, Joan Manuel

Veintiséis de diciembre. Día de pereza y recuperación de los excesos navideños, día de leer los periódicos con tiempo. Entre la información habitual de estas fechas (recopilaciones, mejores del año, buenos deseos generalizados, etcétera), descubro un artículo-homenaje a Joan Manuel Serrat en su 50º cumpleaños. Y por supuesto, lo leo de cabo a rabo con el deleite que supone encontrarse con un viejo y querido amigo. Porque eso es lo que es Joan Manuel para muchos suramericanos que, como yo, teníamos en su voz y en su poesía uno de los pocos rayitos de luz a los que dirigir la mirada. Esa relaci...

Veintiséis de diciembre. Día de pereza y recuperación de los excesos navideños, día de leer los periódicos con tiempo. Entre la información habitual de estas fechas (recopilaciones, mejores del año, buenos deseos generalizados, etcétera), descubro un artículo-homenaje a Joan Manuel Serrat en su 50º cumpleaños. Y por supuesto, lo leo de cabo a rabo con el deleite que supone encontrarse con un viejo y querido amigo. Porque eso es lo que es Joan Manuel para muchos suramericanos que, como yo, teníamos en su voz y en su poesía uno de los pocos rayitos de luz a los que dirigir la mirada. Esa relación especial con Suramérica, de la que él habla con emoción, es absolutamente recíproca y no tiene nada que ver con el éxito o fracaso de otros españoles en el nuevo mundo.Serrat fue, y sigue siendo, un hombre esencialmente comprometido con su entorno social y político y nunca hubo en su actitud la típica doblez del que canta con la izquierda y embolsa con la derecha. Pero, sobre todas las cosas, siempre fue uno más de nosotros, sin creerse diferente por estar sobre un escenario.

Desde la isla de Mallorca, que es ahora mi hogar, vaya este saludo de corazón a quien ha hecho pasar momentos inolvidables a muchos de nosotros: Per molts anys, Joan Manuel!-