Cartas al director

Discriminación educativa

Tengo un sobrino sordo profundo desde su nacimiento. Su medio más seguro de recibir información es el lenguaje de signos de la comunidad sorda, y aunque se defiende bien mediante la lectura labial, en la mayoría de las ocasiones no se entera nada o casi nada de lo que su profesor dice en clase, y como él, el resto de sus compañeros sordos. Cursa en la actualidad enseñanzas medias, en lo que, según dice el ministerio, es un instituto de integración. Más bien diremos que lo es de discriminación.Quitando el grupo de profesores de apoyo que luchan día a día por estos chicos y algún profesor con hu...

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Tengo un sobrino sordo profundo desde su nacimiento. Su medio más seguro de recibir información es el lenguaje de signos de la comunidad sorda, y aunque se defiende bien mediante la lectura labial, en la mayoría de las ocasiones no se entera nada o casi nada de lo que su profesor dice en clase, y como él, el resto de sus compañeros sordos. Cursa en la actualidad enseñanzas medias, en lo que, según dice el ministerio, es un instituto de integración. Más bien diremos que lo es de discriminación.Quitando el grupo de profesores de apoyo que luchan día a día por estos chicos y algún profesor con humanidad suficiente, el resto del profesorado pasa ampliamente de los alumnos sordos de sus clases: no se molestan en apuntar en la pizarra las cosas más importantes, pasean mientras hablan, con lo que seguirles con lectura labial es imposible; ni se les ocurre realizar adaptaciones mínimas en los exámenes (posibilidad recogida por la ley, por cierto) para evaluar a los alumnos sordos por su saber, no por su lenguaje escrito, que siempre es más deficiente que el del resto de sus compañeros.

Algunos profesores incluso se niegan a dejar entrar en sus clases a la única traductora de signos de todo el instituto, magnánimamente contratada por el Ministerio de Educación, aun que a todas luces insuficiente, ya que sólo puede traducir en tre una y dos horas semanales por grupo, siempre que "el pro fesor lo permita". ¿Qué tiene que permitir nadie? ¿No es un derecho constitucional la educación? ¿Por qué los alumnos sordos se ven privados de los medios adecuados para recibirla? 6Por qué no se obliga al profesorado a cumplir con su obligación? ¿Es ésta la tan cacareada integración educativa? Discriminación y desprecio es lo que reciben día a día por ser diferentes a la mayoría. Y a mí me da rabia, mucha rabia. Y vergüenza, mucha vergüenza.-

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