Editorial:

Derecho de amenaza

ES DUDOSO que al otorgar un lugar preeminente en el ordenamiento constitucional al derecho a la libertad de información y expresión, el legislador pensase en esos espacios televisivos sobre la alcoba de los famosos en cuyo nombre se levanta hoy esa bandera. Es seguro, en cambio, que defender esas libertades pasa por salir al paso de las amenazas, directas o indirectas, de que vienen siendo víctima desde hace muchos años los periodistas vascos cuyas informaciones o comentarios no son del agrado de los amigos de ETA. Ahí tienen campo de actuación las beneméritas plataformas por la libertad de ex...

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ES DUDOSO que al otorgar un lugar preeminente en el ordenamiento constitucional al derecho a la libertad de información y expresión, el legislador pensase en esos espacios televisivos sobre la alcoba de los famosos en cuyo nombre se levanta hoy esa bandera. Es seguro, en cambio, que defender esas libertades pasa por salir al paso de las amenazas, directas o indirectas, de que vienen siendo víctima desde hace muchos años los periodistas vascos cuyas informaciones o comentarios no son del agrado de los amigos de ETA. Ahí tienen campo de actuación las beneméritas plataformas por la libertad de expresión constituidas estos últimos años en España.Más de 200 periodistas vascos de diferentes medios y talantes personales se han unido para denunciar los ataques y hostigamiento de que vienen siendo víctimas desde "el mundo de HB". Se trata de un eufemismo para referirse a las muy concretas amenazas o advertencias contenidas en carteles, comunicados o declaraciones procedentes de alguno de los sectores del radicalismo proetarra.

El escrito de estos periodistas se inscribe entre las reacciones de la sociedad vasca contra el miedo. Hace unos años, un manifiesto con semejante apoyo no habría sido posible. Pero las coartadas que antaño ampararon la neutralidad se desgastaron hace años y ya sólo los muy pusilánimes reconocen el derecho de amedrentar a los demás que se atribuyen algunos por el hecho de ser amigos de los terroristas. Por eso, el de los periodistas vascos no sólo es un pronunciamiento a favor de la libertad de expresión, sino un manifiesto contra el derecho a la amenaza.

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