El jefe de la Operación Mago declara que la red introdujo miles de kilos

La red presuntamente integrada por varios de los acusados en el juicio de la Operación Mago introdujo en España miles de kilos de cocaína, según declaró ayer Manuel Rodríguez Simons, el inspector jefe del Servicio Central de Estupefacientes que dirigió el dispositivo policial a las órdenes del juez Baltasar Garzón. El policía se ratificó en el testimonio que prestó ante Garzón sobre el miembro de la jet set Carlos Goyanes.

El policía que testificó recordó en el juicio que las investigaciones comenzaron en el verano de 1989 sobre el acusado Alfredo Cordero González y otras personas relac...

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La red presuntamente integrada por varios de los acusados en el juicio de la Operación Mago introdujo en España miles de kilos de cocaína, según declaró ayer Manuel Rodríguez Simons, el inspector jefe del Servicio Central de Estupefacientes que dirigió el dispositivo policial a las órdenes del juez Baltasar Garzón. El policía se ratificó en el testimonio que prestó ante Garzón sobre el miembro de la jet set Carlos Goyanes.

El policía que testificó recordó en el juicio que las investigaciones comenzaron en el verano de 1989 sobre el acusado Alfredo Cordero González y otras personas relacionadas con él, tales como Antonio Cebollero Campos, Francisco Javier Martínez Sanmillán, Eulogio Romero Betanzos, Benito Alfredo Otero Núñez, Alvaro Fernández Rodríguez y el clan de los Charlines.Esta organización envió desde Colombia un barco con varios miles de kilos de cocaína. La droga fue luego traspasada a otra embarcación, que finalmente depositó el alijo en Portimao (Portugal).

En octubre de 1989, los agentes encargados de las pesquisas comprobaron que Francisco Javier Martínez Sanmillán viajó a Portugal para coordinar el desembarco de "una cantidad importante de cocaína". Cuando inspeccionaron el lugar del presunto desembarco de la mercancía, los policías encontraron un kilo de cocaína y una moneda de cinco pesetas.

Más tarde fue decomisada en España bastante cantidad de esta droga, entre ella 50 kilos en Sevilla, "con la convicción de que procedía del grupo de Cordero", según indicó ayer Rodríguez Simons.

El funcionario siguió relatando que el alemán Georg Deinninger, que fue procesado, era una de las personas encargadas del transporte de la mercancía y que en julio de 1990 se decomisaron 497 paquetes de cocaína en Madrid. Tras eso fue interceptada una conversación telefónica entre Antonio Cebollero y un colombiano, en la que éste aseguraba: "Esto empieza a oler feo".

El agente antidroga agregó que Cebollero se arrepintió y colaboró con la policía tras ser capturado. De esta forma, puso en conocimiento del juzgado que "había un importante depósito de cocaína -más de 1.000 paquetes- todavía en Galicia y dio información del resto de miembros de la organización".

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Escondite

Las investigaciones policiales permitieron averiguar que el matrimonio formado por Joaquín Montañés Porto y Concepción García Rodríguez eran algunos de los encargados de ocultar la droga en Picouto-Ramiranes (Orense). Se sospecha que la cocaína fue introducida en Galicia desde Portugal.El inspector jefe explicó que la red facilitó a otro procesado, Juan Carlos Marales, un cargamento de 1.000 kilos de cocaína, que fueron localizados en una furgoneta aparcada en Madrid. Tiempo después fue arrestado el colombiano Hernando Gómez Ayala, según el testimonio del funcionario, que afirmó que algunos de los detenidos siguieron traficando con droga tras quedar en libertad provisional.

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