ELECCIONES EN SERBIA

Los serbios votan sin entusiasmo un nuevo Parlamento

Los votantes serbios acudieron ayer a las urnas sin entusiasmo en las terceras elecciones parlamentarias celebradas en los últimos tres años. Según los primeros sondeos todavía muy provisionales recogidos por los propios partidos, los socialistas (ex comunistas) habrían logrado ser el partido más votado, pero sólo alcanzarían un 30% de los votos y quedarían muy lejos de la mayoría absoluta que deseaba el presidente Slobodan Milosevic. El Partido Democrático de Zoran Djindjic y el bloque opositor DEPOS, que lidera Vuk Draskovic, siguen de cerca al Partido Socialista.

Los dos principales ...

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Los votantes serbios acudieron ayer a las urnas sin entusiasmo en las terceras elecciones parlamentarias celebradas en los últimos tres años. Según los primeros sondeos todavía muy provisionales recogidos por los propios partidos, los socialistas (ex comunistas) habrían logrado ser el partido más votado, pero sólo alcanzarían un 30% de los votos y quedarían muy lejos de la mayoría absoluta que deseaba el presidente Slobodan Milosevic. El Partido Democrático de Zoran Djindjic y el bloque opositor DEPOS, que lidera Vuk Draskovic, siguen de cerca al Partido Socialista.

Los dos principales partidos de la oposición, DEPOS y el Partido Democrático, sumarían en conjunto un 45% del voto total. Según los mismo datos no oficiales, ejerció su derecho a voto un 60% de la desmoralizada población serbia para distribuir entre 5.163 candidatos de 38 partidos, siete coaliciones y 39 grupos de ciudadanos los 250 escaños de que consta el Parlamento.Los primeros datos oficiales no se conocerán hasta hoy, y no está previsto que se difundan resultados definitivos en ningún caso antes del próximo miércoles. Pero a pesar de la poca fiabilidad de los primeros sondeos, el portavoz de la coalición DEPOS declaró anoche que su formación estaba "gratamente sorprendida por los excelentes resultados obtenidos, especialmente en Bosnia central". El propio Draskovic dijo: "Esperamos un cambio después de las elecciones. El Parlamento pertenecerá al pueblo. Escucharemos al pueblo y un presidente que no atienda al pueblo no tendrá capacidad para ejercer como tal".

El gran número de partidos, grupos y grupúsculos no refleja la variedad de programas. Tampoco es resultado de una vida política excesivamente dinámica y apasionada. "Ya no hay entusiasmo como antes. La gente es apática", dice Zoran Ristic, de la comisión electoral número 24 en la plaza Nikola Pasic, en Belgrado. A diferencia de las primeras elecciones democráticas en 1990, cuando la polarización de las ideas políticas dividía a las familias y enemistaba a los mejores amigos, el comentario típico de la última votación era: "Me da lo mismo. De todos modos no cambiará nada".

Una media docena de partidos tienen la posibilidad de entrar al Parlamento: Partido Socialista Serbio (Slobodan Milosevic); Partido Democrático (Zoran Djindjic); Partido Democrático de Serbia (Vojislav Kostunica); la coalición DEPOS (Vuk Draskovic); Partido Radical Serbio (Vojislav Seselj); la Comunidad Democrática de los Húngaros de Volvodina (Andras Agoston) y el Partido de Unidad Serbla (Zeljko Arkan Raznatovic).

El presidente de Serbia, Slobodan Milosevic, disolvió el Parlamento en octubre ante la inminencia de la caída del Gobierno socialista y convocó unas elecciones anticipadas para conseguir un Parlamento estable.

"Solo un Parlamento estable, donde no haya obstrucciones, pasiones y querellas", puede superar los problemas del país, aseguró Milosevic cuando acudió a votar junto con su esposa, Mirjana Markovic, candidata por la Liga de los Comunistas-Movimiento por Yugoslavia, y su hijo Marko, de 21 años, interesado sólo en los coches de carrera.

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El ultranacionalista Vojislav Seselj definió bien la diferencia entre el partido gobernante y los de oposición. "Nosotros no nos oponemos a la política internacional del poder sino a su política interna", dijo un Seselj últimamente bien acogido por los partidos de oposición que antes le rechazaban por su actitud ultranacionalista. Su participación en la guerra y las acusaciones por crímenes de guerra parece que se han olvidado.

La oposición no rechaza una posible coalición con Seselj, que según los primeros sondeos había logrado consolidarse como cuarta fuerza política. "Espero que Serbia esté orgullosa de su nuevo Parlamento. Luego necesitaremos un presidente del que sentirnos orgullosos", declaró Seselj anoche.

Los electores en Serbia optaban entre la política bélica de Solobodan Milosevic y los partidos de oposición, que no alentaron la guerra, pero tampoco la condenaron. En su lucha por los votos, abandonaron sus programas políticos iniciales y asumiero con las mismas posiciones políticas de Milosevic con respecto a los serbios en Croacia y en Bosnia.

"Ni Milosevic, ni nosotros, podemos resolver el problema de Krajina. Por lo menos, si logramos ganar podemos cambiar las cosas internamente", asegura Dragan Santovac, funcionario municipal del Partido Democrático de Serbia.

Control del escrutinio

Los partidos de oposición, incluidos los ultranacionalistas, controlan juntos los colegios para cerciorarse de la regularidad del escrutinio, que debería ser rápido al tratarse de una sola papeleta.

Desde primeras horas de la mañana, los partidos de oposición comenzaron a emitir informes acerca de las irregularidades, sobre todo en las ciudades pequeñas. Los mayores problemas se encuentran en las listas del censo electoral. En algunos lugares aparecen los muertos y, sin embargo, escasean los vivos.

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