En el nombre del vicesecretario

El nombre de Guerra se invoca en cada uno de los conflictos entre personas de su sector y de la renovación. "Alfonso está detrás" dijeron los socialistas andaluces cuando Carlos Sanjuán decidió someter a votación la fecha de su congreso regional en contra de la opinión del presidente de la Junta, Manuel Chaves, que no quería oír hablar de congresos hasta después de las elecciones autonómicas del mes de junio.También se dice que Guerra está detrás de la ofensiva de los suyos en todas las federaciones para que peleen los delegados al congreso.

Sea cierto o no que la mano de Guerra esté de...

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El nombre de Guerra se invoca en cada uno de los conflictos entre personas de su sector y de la renovación. "Alfonso está detrás" dijeron los socialistas andaluces cuando Carlos Sanjuán decidió someter a votación la fecha de su congreso regional en contra de la opinión del presidente de la Junta, Manuel Chaves, que no quería oír hablar de congresos hasta después de las elecciones autonómicas del mes de junio.También se dice que Guerra está detrás de la ofensiva de los suyos en todas las federaciones para que peleen los delegados al congreso.

Sea cierto o no que la mano de Guerra esté detrás de todas las operaciones que se le atribuyen, dirigentes regionales reconocen que cada federación tiene vida propia y, por tanto, muchas de las rencillas son de carácter local, y los móviles de sus dirigentes no tienen demasiada relación con la estrategia de Alfonso Guerra con vistas al congreso

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Personas del entorno del vicesecretario general señalan que hace unos meses "el guerrismo estaba acabado" y ahora no es que esté del todo boyante -ha perdido su poder omnímodo-, pero puede convertirse en una minoría que ronde la mitad del partido con la que hay que contar necesariamente.

'Esos cálculos los tiene también Felipe González", señalan los mismos interlocutores, "por lo que ya se puede decir rotundamente que la próxima ejecutiva no será en exclusiva de los renovadores, como se pensó hace un año". Lo cierto es que muchos dirigentes de este sector anuncian ya desde hace tiempo que "habrá guerristas" en la ejecutiva. Dirigentes de uno y otro lado están convencidos de que González y Guerra pactarán en las vísperas del congreso porque no tienen más remedio. Lo cierto es que en el último año Felipe González no ha tenido oídos para Alfonso Guerra.

Mientras llega esa conversación, el distanciamiento continúa y casi nadie ya recuerda cuándo fue la última vez que ambos políticos hablaron a solas. Eso sí, las formas se mantienen y cuando están en público, casi siempre en las reuniones de la ejecutiva federal del partido, se intercambian puntos de vista incluso con "cierta cordialidad" dicen miembros de la ejecutiva. "Incluso Felipe sigue riéndose ante algunas de las ironías de Alfonso".

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