Crítica:

La cruz de hierro

1.15 / Tele 5



Bélgica-Reino Unido-Italia. 1977 (126 minutos). Director: Sam Peckinpah. Intérprees: James Coburn, Maximiliam Schell, James Mason. Bélica.



Peckinpah no podía haber elegido otro escenario para contar su visión de la guerra: el frente alemán en la Unión Soviética cuando el desastre nazi era una realidad inevitable. Ni otros personajes: el sargento Steiner (James Coburn), un superviviente, curtido en mil batallas, y su pelotón, enfrentados a un ambicioso y aristocrático soldado prusiano dispuesto a hacer lo que sea para no volver a ...

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1.15 / Tele 5

Bélgica-Reino Unido-Italia. 1977 (126 minutos). Director: Sam Peckinpah. Intérprees: James Coburn, Maximiliam Schell, James Mason. Bélica.

Peckinpah no podía haber elegido otro escenario para contar su visión de la guerra: el frente alemán en la Unión Soviética cuando el desastre nazi era una realidad inevitable. Ni otros personajes: el sargento Steiner (James Coburn), un superviviente, curtido en mil batallas, y su pelotón, enfrentados a un ambicioso y aristocrático soldado prusiano dispuesto a hacer lo que sea para no volver a casa sin una Cruz de Hierro, un cobarde que quiere conseguir la máxima distinción al valor. Escenario y personajes que resumen una visión del mundo: seres que sobreviven como pueden a la violencia salvaje que les rodea frente a otros que olvidan cualquier rasgo de piedad. "Odio a todos los oficiales, a todos los buscadores de Cruces de Hierro del Ejército alemán", dirá el sargento Steiner. Más allá de las órdenes está la integridad personal. Peckinpah eligió uno de los frentes más terribles que haya conocido nunca ninguna guerra, uno de los lugares donde más crímenes de guerra se cometieron en la segunda Guerra Mundial, para demostrar que la violencia es una espiral sin sentido; pero que, a pesar de todo, hay un momento en que se puede elegir entre el bien y el mal: resistirse al infierno o ser el infierno. Un filme magnífico.

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