"El Gobierno regional desdeña el cine"

Tiene 29 años, nació en Madrid, pero se crió en Murcia. Dijo basta cuando estudiaba tercero de Derecho en Barcelona Y abandonó la carrera lo que desató la tempestad en el seno de su familia. De esto hace nueve años entonces comenzó su particular carrera de fondo, y la meta, ser director de cine, aún no se vislumbra. Sin embargo, su palmarés suma galardones pasoapaso. Su cortometraje Untza, que narra el problema del terrorismo en el País Vasco observado desde tres puntos de vista, obtuvo el pasado año el primer premio del festival de cine de Alcalá de Henares, quedó el tercero en Huesc...

Tiene 29 años, nació en Madrid, pero se crió en Murcia. Dijo basta cuando estudiaba tercero de Derecho en Barcelona Y abandonó la carrera lo que desató la tempestad en el seno de su familia. De esto hace nueve años entonces comenzó su particular carrera de fondo, y la meta, ser director de cine, aún no se vislumbra. Sin embargo, su palmarés suma galardones pasoapaso. Su cortometraje Untza, que narra el problema del terrorismo en el País Vasco observado desde tres puntos de vista, obtuvo el pasado año el primer premio del festival de cine de Alcalá de Henares, quedó el tercero en Huesca y fue propuesto para los Goya. . Como secretario de la Plataforma de Nuevos Realizadores y Técnicos Audiovisuales, lucha por que el cine español sea tenido en cuenta en este país, mientras trata de realizar el que sería su primer largometraje.

Pregunta. ¿Qué le pide la Pataforma a Madrid?

Respuesta. Sobre todo que sus gobernantes faciliten el rodaje en sus calles, plazas y en todos sus rincones. Hay muchos inconvenientes para sacar las cámaras a las calles de Madrid, e incluso para poder aparcar los vehículos que un rodaje necesita.

P. ¿Es difícil hacer cine en Madrid?

R. Es más difícil que en otras autonomías. A los problemas burocráticos hay que añadir el agravio comparativo que se da aquí debido a que el Gobierno de la Comunidad desdeña el cine, ya sean largometrajes o cortos.

P. ¿Por qué?

R. Porque no se destina ni una sola peseta a subvencionar la producción cinematográfica. No entienden que la inversión que se pueda hacer en este sector supone afianzar la identidad cultural de la Comunidad de Madrid.

P. ¿Cree que se ha contado todo sobre Madrid?

R. Ni mucho menos, Madrid es una capital que no se agota, no se abarca. Constantemente fluyen temas para llevar a la pantalla, además contamos con muchas y buenas infraestructuras. Buena prueba de ello es el festival de cine de Alcalá de Henares, que se celebra estos días y que se convierte en un escaparate. Aquí descubrí yo, por ejemplo, a Juanma Bajo Ulloa.

P. Usted ganó el primer premio del festival el año pasado. ¿Para cuándo su primer largometraje?

R. Precisamente estoy tratando de trasladar al cine el ambiente que se respira en lo que mi abuela llama los barrios bajos de Madrid: la zona de Lavapiés, la sala Caracol, el Candela y otros tantos que ahora nos quieren cerrar.

P. ¿Con qué argumento?

R. Un chaval payo que trabaja de ujier en el Senado se enamora de una muchacha gitana. Animado por este amor, todo su afán es convertirse en bailaor. Quiero reflejar el mundo de los "gitanos, artistas" que frecuentan esos barrios de Madrid.

P. Ministra de Cultura ¿qué le sugiere?

R. Voluntad, energía y empuje, además es una gran aficionada al cine. Ella tiene mi voto de confianza; otras instancias del Gobierno, no tanto.

P. Sin embargo, se habla de la supresión de las subvenciones a los festivales de cine, salvo el de Valladolid y San Sebastián. ¿Qué consecuencias traería esta medida?

R. Sería un gravísimo error. Los festivales son un escaparate, un punto de encuentro y un mercado. Para una película es fundamental no ya ganar, sino acudir a un festival para que se la conozca y pueda encontrar distribuidor. Además supondría un agravamiento de la situación d1 cine español.