Eurodisney agudiza su crisis con la caída en dos días del 30% del valor de sus acciones en el mercado bursátil

La norma de la casa es la sonrisa ante todo. En marzo de 1992 las acciones de Eurodisney se cotizaban a 165 francos pero el viernes, 12 de noviembre de 19931 sólo valían 32,50 francos. En el parque todo el mundo seguía sonriendo a los visitantes y olvidándose de que la sociedad admitía que en su primer ejercio completo las pérdidas alcanzaban los 5.340 millones de francos (¡unos 123.000 millones de pesetas!), cifra que corresponde al volumen de negocio de Eurodisney y a una cuarta parte del montante total de la inversión hecha. A corto plazo no hay síntomas de mejora.Se trata, pues, de una aut...

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La norma de la casa es la sonrisa ante todo. En marzo de 1992 las acciones de Eurodisney se cotizaban a 165 francos pero el viernes, 12 de noviembre de 19931 sólo valían 32,50 francos. En el parque todo el mundo seguía sonriendo a los visitantes y olvidándose de que la sociedad admitía que en su primer ejercio completo las pérdidas alcanzaban los 5.340 millones de francos (¡unos 123.000 millones de pesetas!), cifra que corresponde al volumen de negocio de Eurodisney y a una cuarta parte del montante total de la inversión hecha. A corto plazo no hay síntomas de mejora.Se trata, pues, de una auténtica catástrofe que no puede explicarse por la falta de éxito del producto y, sólo muy parcialmente, a su mala gestión o promoción. Los empleados reciben a los visitantes alegres y repitiendo en francés, inglés, alemán, español, italiano o en el idioma que haga falta que están muy contentos de acogerles. Uniformados de acuerdo con los gustos transhistóricos de Walt Disney, las taquilleras, vigilantes, barrenderos o figurantes andan de dos en dos, destilando felicidad. Una chica momentáneamente separada de su colega no tiene ningún inconveniente en arañar la superficie, risueña: "Este año han suprimido 950 puestos de trabajo sobre 11.000 y luego, a muchos, nos han ofrecido 30.000 francos de indemnización si nos varnos". El desastre Eurodisney nace de haber sido ideado y creado en un periodo de euforia económica y haber sido inaugurado en plena recesión. Los visitantes no faltan -17 millones en 18 meses lo convierten en el primer objetivo turístico continental-, pero no gastan los 500 francos por persona y día que preveían los especialistas sino que apenas superan los 200. Los hoteles tienen un índice de ocupación aceptable -un 15% inferior a los cálculos- pero gracias, en parte, a que Disney ha aceptado en Europa las tarifas de temporada, algo impensable en Orlando o Tokyo.

Pero todo eso, los problemas de funcionamiento del parque, el rechazo que ha generado su instalación entre ciertos sectores de la población francesa, que llegaron a hablar de "Chernobil cultural", incluso, la prudencia en el gasto de los visitantes no explica esos 5.340 millones de pérdidas. La casa madre, la Walt Disney Company (WDC), que posee el 49% de las acciones, admite haber inyectado ya 2.000 millones de francos suplementarios para "sufrir las pérdidas". Esto ha permitido al Herald Tribune o a Wall Street Journal especular con un posible cierre de Eurodisney. Ya se habla de "aceleración de duras pérdidas" y se advierte que "el soporte financiero sólo está previsto durante un periodo limitado". La caída de la casa Disney en Europa es fruto. de los enormes costes financieros contraídos en el momento de la construcción -2.000 millones de francos al año sólo en intereses

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