Ningún partido logra la mayoría absoluta en Nueva Zelanda

Ninguno de los dos grandes partidos neozelandeses, conservadores y laboristas, logró la mayoría absoluta en las elecciones generales celebradas ayer. Por primera vez desde 1928, el Parlamento resultante del escrutinio de ayer no tiene una mayoría clara. Según los resultados difundidos por la televisión nacional cuando estaba decidido el voto en el 99% de las circunscripciones del país, los conservadores del Partido Nacional, en el poder habrían obtenido 49 de los 99 escaños con que cuenta la Cámara, mientras que sus rivales del Partido Laborista, alcanzaban los 46.La composición del futuro Gob...

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Ninguno de los dos grandes partidos neozelandeses, conservadores y laboristas, logró la mayoría absoluta en las elecciones generales celebradas ayer. Por primera vez desde 1928, el Parlamento resultante del escrutinio de ayer no tiene una mayoría clara. Según los resultados difundidos por la televisión nacional cuando estaba decidido el voto en el 99% de las circunscripciones del país, los conservadores del Partido Nacional, en el poder habrían obtenido 49 de los 99 escaños con que cuenta la Cámara, mientras que sus rivales del Partido Laborista, alcanzaban los 46.La composición del futuro Gobierno queda, pues, en manos de dos pequeños partidos: La Alianza y Nueva Zelanda Primero, que cuentan con dos escaños cada uno.

En porcentajes, los conservadores obtienen un 35,2% de los votos, los laboristas un 34,7%, la Alianza logra un 18,3% y Nueva Zelanda Primero un 8,3%. El número de residentes en el extranjero con derecho a voto, unos 230.000, podría modificar levemente el reparto definitivo, pero el recuento final de estos sufragios no será efectivo antes de diez días.

Los primeros resultados difundidos y lo cerrado de la votación en ciertos distritos, llevaron al dirigente laborista Mike Moore a anticipar que los conservadores habían perdido el mandato popular: "Ahora nos toca, a nosotros", se apresuró a declarar Moore.

Sin embargo, según avanzaba la noche, el actual primer ministro, el conservador Jim Bolger contestó con vehemencia: "No hay, puedo decirlo enfáticamente, ninguna crisis política en Nueva Zelanda. No hay duda de que formaremos el próximo Gobierno".

Bolger, de 58 años, se enfrenta ahora a la necesidad de pactar para llevar adelante, en un eventual segundo mandato, una política monetarista que ha conseguido sacar a Nueva Zelanda de la recesión, pero cuyo coste social ha provocado un fuerte descontento.

Las predicciones de los comentaristas locales se inclinan por la convocatoria en breve de nuevas elecciones para otorgar una mayoría clara al futuro Gobierno.

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