Tribuna:

Descontrol

La Bolsa española sufrió ayer una caída del 2,17% al dejarse arrastrar por la evolución negativa de la mayoría de los grandes mercados. La escasa capacidad de reacción de esta Bolsa para hacer valer sus propias opciones demuestra la debilidad de los planteamientos técnicos y la poca credibilidad que ofrece la recuperación de la situación económica. Analistas e inversores trataban de sacar algo en limpio de una situación cercana al caos, no tanto porque la caída de las cotizaciones estuviera provocando pérdidas inmediatas cuando por la desconfianza que suelen suscitar movimientos de este tipo e...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La Bolsa española sufrió ayer una caída del 2,17% al dejarse arrastrar por la evolución negativa de la mayoría de los grandes mercados. La escasa capacidad de reacción de esta Bolsa para hacer valer sus propias opciones demuestra la debilidad de los planteamientos técnicos y la poca credibilidad que ofrece la recuperación de la situación económica. Analistas e inversores trataban de sacar algo en limpio de una situación cercana al caos, no tanto porque la caída de las cotizaciones estuviera provocando pérdidas inmediatas cuando por la desconfianza que suelen suscitar movimientos de este tipo en el comportamiento a medio plazo.Junto a la capacidad de arrastre de Wall Street, con una pérdida acumulada en dos sesiones de casi un 2%, hay que situar la fuerte corriente vendedora que sufrió el mercado secundario de deuda pública, el incremento o mantenimiento de las cifras de paro en Alemania y Estados Unidos, y las tensiones del sistema monetario español.

La Bolsa de Nueva York registraba una serie de altibajos en las dos primeras horas de sesión -aunque al cierre logró recuperarse con una ganancia de 18,45 puntos-, mientras que los mercados europeos acusaron también el impacto ambiental en unas cotizaciones próximas a sus máximos históricos y acumulaban pérdidas superiores al 2%. El recorte más importante corría a cargo de París, que cedió un 2,76%.

El índice general de Madrid bajó al cierre 6,66 puntos, después de haber cedido hasta 7,41, lo que significaba perder el nivel del 300%. El Ibex 35 cedió un 2,33% y el volumen negociado fue de casi 39.000 millones de pesetas.

Archivado En