Cartas al director

'Hollywood cars': ja, ja, ja...

El pasado martes día 12 de octubre visité la recién inaugurada exposición de coches Hollywood cars, en el recinto de la Casa de Campo.Una vez dentro, el caos era increíble. En el puesto de información no disponían de ningún tipo de plano de las instalaciones o algo que te indicase dónde estabas o dónde podrías encontrar los coches que, por los niños pequeños, podrían interesarte más. La gente te arrollaba. El descontrol en los pasillos era tremendo. Pero mis quejas son las siguientes.

Una de las cosas que más me llamaron la atención fue que una de las señoritas que ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El pasado martes día 12 de octubre visité la recién inaugurada exposición de coches Hollywood cars, en el recinto de la Casa de Campo.Una vez dentro, el caos era increíble. En el puesto de información no disponían de ningún tipo de plano de las instalaciones o algo que te indicase dónde estabas o dónde podrías encontrar los coches que, por los niños pequeños, podrían interesarte más. La gente te arrollaba. El descontrol en los pasillos era tremendo. Pero mis quejas son las siguientes.

Una de las cosas que más me llamaron la atención fue que una de las señoritas que gratuitamente maquillaba a la gente, simulando desagradables heridas en la cara, cuello, manos, etcétera, situada en una tarima, se dirigiese a la multitud que se agolpaba delante de ella, únicamente para mirar, diciendo: "A ver si os marcháis todos de una puta vez". Comprendo que estuviese cansada y harta de su trabajo, pero ésa no es forma de tratar a la gente, y mucho menos a los niños.

¿Cómo puede ser posible que en un recinto tan grande,, con madera y moqueta por todos los sitios, la gente fume sin que ninguna persona "portadora de camisetas de la organización" intervenga o llame la atención?

Por supuesto, colillas, latas, papeles e incluso alguna prenda perdida invadían los pasillos. Algún hierro de tamaño considerable sobresalía de los improvisados platós, con el peligro de dejarte la ropa o incluso al niño que llevas de la mano..

Ya sé que estas líneas no servirán de mucho, pero al menos quisiera quejarme públicamente de tan nefasta y peligrosa organización, pues, por lo que cobran en la entrada, pueden darse el lujo de contratar a personal más cualificado-

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En