Cartearse en España es más barato que en cualquier país de la Comunidad Europea

No es tan caro cartearse en España. La correspondencia dentro del territorio nacional -la privada y la comercial- es 22 pesetas más barata que la media comunitaria (33 pesetas) y un 196% por debajo de las tarifas de Alemania o el Reino Unido (43 pesetas). A esta conclusión llega la Unión de Consumidores en un análisis comparativo que sitúa a Correos entre los servicios más baratos de Europa y con un índice de productividad elevado, a pesar de competir dentro del régimen más liberalizado de la CE. En el análisis se destaca que en algunos países, como Italia o Bélgica, el salto entre una carta c...

No es tan caro cartearse en España. La correspondencia dentro del territorio nacional -la privada y la comercial- es 22 pesetas más barata que la media comunitaria (33 pesetas) y un 196% por debajo de las tarifas de Alemania o el Reino Unido (43 pesetas). A esta conclusión llega la Unión de Consumidores en un análisis comparativo que sitúa a Correos entre los servicios más baratos de Europa y con un índice de productividad elevado, a pesar de competir dentro del régimen más liberalizado de la CE. En el análisis se destaca que en algunos países, como Italia o Bélgica, el salto entre una carta común a otra ligeramente de más peso es espectacular a la hora de poner sellos. Hasta un 146% más caro puede salir escribir dos folios en lugar de uno. La diferencia no llega a ser tan notable cuando la correspondencia traspasa fronteras. A los españoles les cuesta cartearse con sus amigos extranjeros 45 pesetas, cinco menos que al europeo medio pero tienen que estampar valores superiores a las tarifas británicas, que son las más baratas.A la hora de contrastar la productividad del correo, España se sitúa muy cerca de los mejores. Ocupa el quinto puesto. Valga una referencia: un cartero español manipula 68.156 envíos, mientras un alemán tan sólo 42.000. Adolfo Varela, autor del informe, destaca al respecto la paradoja que ofrece Grecia, un país donde, a pesar de que el correo se manipula a mano completamente, está en el segundo puesto de productividad. En cuanto a la calidad, España supera a Francia y va detrás del Reino Unido y Alemania.