Barrio Sésamo
La realidad televisiva infantil me tiene decepcionado. La verdad es que la buena voluntad manifestada en las serles de dibujos animados no puede ser despreciada: la ecología y el delito siguen siendo los temas que a todos nos preocupan. Sin embargo, hay algo que brilla por su ausencia...Yo no sé lo que será, pero a lo mejor es que me estoy haciendo mayor. Tengo 24 años y he crecido con Barrio Sésamo, Un globo, dos globos, tres globos... y Espinete, series memorables en la hora de la merienda. En aquellos momentos, el delito lo combatía el sheriff Coco, y la ecología se plasmaba d...
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La realidad televisiva infantil me tiene decepcionado. La verdad es que la buena voluntad manifestada en las serles de dibujos animados no puede ser despreciada: la ecología y el delito siguen siendo los temas que a todos nos preocupan. Sin embargo, hay algo que brilla por su ausencia...Yo no sé lo que será, pero a lo mejor es que me estoy haciendo mayor. Tengo 24 años y he crecido con Barrio Sésamo, Un globo, dos globos, tres globos... y Espinete, series memorables en la hora de la merienda. En aquellos momentos, el delito lo combatía el sheriff Coco, y la ecología se plasmaba de lleno con el lagarto Guancho, el gorila Maguila y el oso Yogui, todos ellos presos en parques o zoológicos. También teníamos momentos de humor con dos enamorados de película, como Gustavo el reportero y la cerdita Peggy; y también seres tan abominables como el monstruo de las galletas (claro precedente del paro obrero, que se lo come todo a su paso).
En fin, los personajes antiguos conservaban la pasión teatral en la tragedia y en la comedia: eran más graciosos que los presentes. Incluso salía alguno diciendo que estaba orgulloso de ser azul, mientras cantaba entusiasmado aquello de: "Azul, yo soy azul..., como el mar, el cielo