Limpieza a fondo

El Lotus-Festina de ciclismo se afrancesa y los equipos italianos redistribuyen sus fuerzas

Radicación en Andorra, casi 40 corredores de al menos 7 nacionalidades, 3 directores, 2 nombres y 700 millones de pesetas hicieron del Lotus-Festina, sueño del relojero barcelonés Miguel Rodríguez, la sensación del mundo ciclista el año pasado. Una temporada de fracasos -resumidos en el Giro: el equipo terminó trabajando para Induráin- ha desembocado en un agosto de limpieza. El presupuesto caerá hasta los 300 millones de pesetas, la multinacional se quedará en monocultivo y los grandes nombres serán licenciados. Luc Leblanc, el ciclista esperanza francés de hace dos años, despedido por el Cas...

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Radicación en Andorra, casi 40 corredores de al menos 7 nacionalidades, 3 directores, 2 nombres y 700 millones de pesetas hicieron del Lotus-Festina, sueño del relojero barcelonés Miguel Rodríguez, la sensación del mundo ciclista el año pasado. Una temporada de fracasos -resumidos en el Giro: el equipo terminó trabajando para Induráin- ha desembocado en un agosto de limpieza. El presupuesto caerá hasta los 300 millones de pesetas, la multinacional se quedará en monocultivo y los grandes nombres serán licenciados. Luc Leblanc, el ciclista esperanza francés de hace dos años, despedido por el Castorama, fichará los próximos días por el Lotus-Festina, informa L'Équipe, y encabezará, junto a Richard Viren que, el pulcro pro yecto, del que francés Bruno Roussel quedará como único director.Miguel Rodríguez se llevó las manos a la cabeza viendo el Giro por la tele. Su equipo, su joya, trabajaba para otros despreciando sus posibilidades. Ni corto ni perezoso, cogió un avión hasta Milán y despidió en el acto a Jan Gisberts, el director para la ronda italiana. Caído el técnico holandés, la rama flamenca del árbol se secó: Rooks, Van Aerts, Van Lancker y Boden han recibido también el finiquito. La retirada del irlandés Sean Kelly y la no renovación de Wegmüller, Earley, Manuilov, Gainetdinov, Jakobs, Valbuena, Piñero y Torres acabará por matar el espíritu multinacional. El llegador Van Poppel pide demasiado y se irá al Lotto. Su revelación del Tour, Dojwa, ha buscado cobijo en el Gan. Lino y Marie sólo seguirán si rebajan sus pretensiones económicas.

Mientras España sigue aletargada -sin noticias de la continuidad del Amaya y sin los posibles refuerzos del Banesto a excepción de la confirmación de que Perico Delgado seguirá un ano más-, en Italia, el país con más potencial, los movimientos son menos convulsos. Hay una suerte de redistribución de fuerzas. La disolución del Ariostea, por un lado, surtirá de valores a los demás conjuntos, principalmente al GBMG, que se lleva hasta al director milagro, Giancarlo Ferretti. Los conjuntos intermedios (Mecair, Mapei, Mercatone Uno, Jolly) quieren subir.

Los equipos buscan tanto ganadores como puntos, el material precioso que les permite escalar puestos en la Liga y que se paga a precio de oro. El danés Bjarne Rijs, por ejemplo, un corredor que no es un ganador, rentabilizará de forma sobrada su cuarto puesto en el Tour fichando por el Mecair, el equipo de Argentin y Ugrumov. Otro tanto hará el polaco Jaskula al contratar con el Jolly.

El Mercatone Uno saldrá de los bajos fondos con puntos provistos principalmente por Mario Cipollini, el llegador toscano. Y el Mapei también escalará. Franco Ballerini, un clasicómano venido a menos, aún tenía en su capazo puntos interesantes. El equipo de Giovannetti los aprovechará.

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