MUNDIAL 94

El fútbol hizo justicia con Colombia

El fútbol bien jugado tiene las condiciones del arte: es bello y justo. Colombia venció por 2-1 a Argentina en el grupo A de las eliminatorias para la Copa del Mundo de 1994 y acabó con su serie invicta de 33 partidos sin derrotas. El juego desplegado por Colombia es el mejor que hoy se pueda apreciar en el fútbol suramericano y sólo le bastaba asegurarse este resultado para que al fin se hiciera justicia con él. En el grupo B dos de los históricos, Brasil y Uruguay, parecen condenados ya a pelear por una de las dos plazas en disputa. La otra será, seguramente, para la selección de Bolivia que...

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El fútbol bien jugado tiene las condiciones del arte: es bello y justo. Colombia venció por 2-1 a Argentina en el grupo A de las eliminatorias para la Copa del Mundo de 1994 y acabó con su serie invicta de 33 partidos sin derrotas. El juego desplegado por Colombia es el mejor que hoy se pueda apreciar en el fútbol suramericano y sólo le bastaba asegurarse este resultado para que al fin se hiciera justicia con él. En el grupo B dos de los históricos, Brasil y Uruguay, parecen condenados ya a pelear por una de las dos plazas en disputa. La otra será, seguramente, para la selección de Bolivia que conduce Xabier Azkagorta.Colombia dio una lección de fútbol que Argentina debería volver a repasar. Colombia le gana con la sabiduría del que ha aprovechado la experiencia de sus maestros. En esta victoria parecían jugar a favor de Colombia todos los jugadores y entrenadores argentinos que fueron importados desde los años cuarenta. Colombia, un equipo convencido por el entrenador Francisco Maturana de que se debe tocar el balón con precisión y seguridad en todo el campo para avanzar y retroceder en bloque, se afirma en un estilo que antes pertenecía a Brasil y Argentina.

Hoy, Colombia es el mejor Brasil que se pueda encontrar. Toca y toca y avanza y se despliega por el campo sin apuros, siempre seguro hasta el momento en que, sobre los últimos 30 metros del campo, cerca del área defensiva rival, acelera el toque con las piernas y los cerebros rápidos de sus mejores jugadores. Así ganó a Argentina, con dos golazos, con salsa y tango. El entrenador argentino había armado su equipo para conseguir el empate, pero a los dos minutos de juego ya perdía por 1-0. Basile se traicionó a sí mismo por primera vez. Habría sido más leal consigo mismo y con los aficionados si hubiera pensado en ganar, pero su plan fue miserable y la derrota humillante.

Con el correr de los partidos la justicia y la belleza también han ido acomodando las posiciones en el grupo B. La selección de Bolivia sigue volteando a sus rivales. El domingo le tocó a Ecuador, al que venció por 1 -0, y ahora sólo le queda enfrentarse en casa a la débil Venezuela, a la que ya goleó (1-7) en el primer partido. Con otra victoria, Bolivia se aseguraría prácticamente una de las plazas en disputa.

Los dos elefantes que le persiguen, Brasil y Uruguay, se enfrentaron entre sí en Montevideo, y la anunciada guerra acabó en un empate (1-1) que también contribuye a fortalecer el sueño boliviano. Sobre el nivel del mar debe dejarse constancia de que Bolivia no sólo cuenta con la ventaja de la altitud: tiene también un buen equipo.

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